“Todos tenemos nuestras decepciones Yo tengo que dormir con la mía.” El 5 de abril se cumplieron 35 años desde que la influencial ‘sitcom’ “Matrimonio con hijos” (”Married... with Children” en su idioma original) llegó por primera vez a nuestras pantallas, cambiando la historia de la televisión para siempre.
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Creado por Michael G. Moye y Ron Leavitt, el show se estrenó en 1987 por la cadena Fox, dándole una vuelta de tuerca a la ya vetusta fórmula de comedias familiares que pululaban en la programación en esa fecha.
Es así que “Matrimonio con hijos” giraba en torno al disfuncional clan Bundy, encabezado por el gruñón y misógino Al (Ed O’Neill), un exdeportista cuyos días de gloria están muy atrás y que ahora se gana la vida vendiendo zapatos para mujeres. Completaron el set la matriarca de la familia Peggy (Katey Sagal), una mujer floja, regañadora y sexualmente frustrada; Kelly (Christina Applegate), su hermosa pero nada brillante hija; y Bud (David Faustino), un relativamente inteligente joven cuyos planes para negocios y el amor parecen destinados al fracaso.
Tampoco nos podemos olvidar de los igualmente excéntricos vecinos Marcy (Amanda Bearse) y Steve Rhoades (David Garrison), un par de yuppies cuyo mayor placer parece regocijarse por momentos en las desgracias de Al Bundy. En temporadas posteriores Steve fue reemplazado por Jefferson D’Arcy (Ted McGinley), un exgigolo y tal vez agente de la CIA que parece feliz convirtiéndose en el esposo trofeo de Marcy.
Un elenco y premisa así puede parecer habitual para el público moderno, acostumbrado no solo a series protagonizadas por familias disfuncionales como “Los Simpson”, “Malcolm in the Middle” y “Arrested Development”, sino también a la vulgaridad y humor negro que caracteriza a los programas más modernos.
Pero cuando “Matrimonio con hijos” salió al aire, sus competidores usualmente mostraban familias idealizadas en las que cada episodio veía la solución de un problema y el retorno a la armonía de todas las partes. Ejemplos de esto son series como “Family Ties” (“Lazos de familia”), “Tres por tres” (“Full House”), “¡Ay! cómo duele crecer” (“Growing Pains”), “Diff’rent Strokes” (“Blanco y Negro”), “Mr. Belvedere” y “The Cosby Show” (“El show de Cosby”). Fue justamente este último, liderado por el ahora controvertido Bill Cosby, quien se convirtió en el norte a no seguir de Moye y Leavitt, tanto así que su propuesta a la cadena Fox esta titulada no “Married... with Children” sino “Not the Cosby” (“No los Cosby”).
Para ese entonces Michael G. Moye y Ron Leavitt ya estaban íntimamente familiarizados con la fórmula de los ‘sitcoms’, con ambos trabajando en varias reconocidas series antes de conocerse en “The Jefferson” en 1980. Poco después, en colaboración con otro guionista, David Duclon, crearon su primer ‘sitcom’ titulado “Silver Spoon”.
¿No sería gracioso si estuvieran casados?
Según reveló el propio Moye en una entrevista con la Television Academy Foundation , la idea de “Matrimonio con hijos” vino de ver los actos de los comediantes Roseanne Barr - quien frecuentemente hacía bromas sobre la vida doméstica de las amas de casa - y las humorísticas diatribas contra las mujeres de Sam Kinison.
“No sé quién de los dos lo dijo, pero la idea era de que no sería gracioso si ese personaje estuviera casado con ese otro personaje”, recordó Moye. “Eso, en resumen, es como recuerdo la concepción básica de ‘Matrimonio con hijos’”
Pero en un ambiente dominado por los ‘sitcom’ tradicionales, Moye y Leavitt sabían que tenían pocas esperanzas de lograr producir una serie de este estilo.
“En esos tiempos ‘The Cosby Show’ era tan grande que (las cadenas) no te dejarían entrar en sus oficinas si no les ofrecías un programa sobre un trabajador de cuello blanco que vive con 19 niños. Y esto era tan contrario a todo lo que se producía por las cadenas que no teníamos intenciones de presentarlo. Realmente lo hacíamos para nuestro propio entretenimiento”, añadió Moye.
La suerte del dúo cambió gracias al ejecutivo de televisión Garth Ancier, quien era aficionado a su trabajo y su tendencia a la contracultura. Cuando Ancier pasó de NBC a la cadena que se convertiría en Fox, les pidió a los guionistas crear un show inusual que sirviera para distinguir a su programación de la oferta ya presente. La respuesta fue, por supuesto, “Matrimonio con hijos”.
Historias de un matrimonio
Con más de una de una década en el aire y 259 capítulos emitidos, “Matrimonio con hijos” marcó una etapa en el medio, no solo al poner a la cadena Fox en el mapa, sino también mostrando que había un interés para otro tipo de televisión, lo que se manifestó en una más variada oferta en las siguientes décadas.
Esto no quiere decir que familias disfuncionales no hubieran aparecido antes en la televisión. Ahí en el albor de las ‘sitcom’ Ralph Kramden (Jackie Gleason) amenazaba frecuente con mandar a su mujer Alice (Audrey Meadows) “a la Luna” en “The Honeymooners” (1955-1956), mientras que en la década de los 70 “Mi familia” (“All in the Family”) rompió barreras al estar protagonizada por el obviamente conflictuado Archie Bunker, quien a pesar de sus problemas para controlar su ira y sus prejuicios termina lidiando con complejos problemas como el racismo, la sexualidad, religión, igualdad de género y otros temas de este estilo. A pesar de estos ejemplos, el incorregiblemente audaz y polémico contenido de “Matrimonio con hijos” era sui generis en la pantalla chica.
Sobre el secreto de su éxito, Leavitt dijo en una ocasión a Los Angeles Times que “a la gente le encanta la picardía: que aquí había un tipo, Al Bundy, que decía las cosas sobre su vida, sobre su mujer, que todos pensamos a veces pero que nunca podemos decir en voz alta”.
A pesar de su éxito, la serie también le causó problemas a sus creadores y a Fox. Se recordará que en 1989 la activista Terry Rakolta inició una campaña para que las compañías dejarán de ofrecer su publicidad en la cadena, calificando a “Matrimonio con hijos” de “antifamiliar” y de “pornografía”. Desafortunadamente para Rakolta, en vez de doblegar a Fox, la controversia levantó tanto el perfil de la ‘sitcom’ que pronto duplicó su ráting, permitiéndole seguir por ocho años más para convertirse en la comedia de situaciones más longeva del canal. “Le mandamos flores cada año”, ironizó Katey Sagal sobre la activista en el podcast WTF With Marc Maron. “Nos intentó sacar del aire y lo único que logró es darnos la portada de The New York Times”.
La influencia de la serie ha sido amplia y profunda, con sucesores actuales como “Modern Family” - también protagonizada por Ed O’Neill-, “Two and a Half Men” y en la popular serie de dibujos animados “Rick and Morty”, entre muchos otros.
Asimismo, “Matrimonio con hijos”, ha tenido al menos once remakes en países tan variados como Armenia, Croacia, Bulgaria, Brasil, Israel, Turquía y el Reino Unido. La versión argentina, llamada “Casado con hijos”, es particularmente conocida para nosotros y ayudó a lanzar la carrera del comediante y actor Guillermo Francella.
El Perú nunca tuvo su propia versión, pero la serie fue señalada como una influencia para la ‘sitcom’ peruana “Casado con mi hermano” (1995) por tanto Gigio Aranda como Leonardo Torres cuando conversamos con ellos sobre ese show en el 2020, siendo nombrada junto a otros clásicos como “Los Picapiedra”, “Los Simpson” y “Seinfeld”.
Es indudable que el hecho de que “Matrimonio con hijos” siga siendo tan querida a pesar de los 35 de su salida es un legado loable para una serie que nació casi por casualidad. En palabras de Al Bundy: “Envídienme. Esa es mi esposa. Estos son mis hijos y vendo zapatos para mujeres”.
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