FERNANDO VIVAS @arkadin1

Me recibe en su edificio de desfasada modernidad, pues se irguió en la avenida Arequipa medio siglo atrás, cuando los limeños empezaban a vivir por lo alto. Él es también un desfase exitoso, buscando buena onda para niños y adultos en los formatos de última generación, mientras la tele parece jalar hacia otro lado. Su privacidad es tan infranqueable que insiste en que lo más desnudo que lo veremos es en monólogos cómicos sobre la historia del mundo y dirigiendo piezas, como 12 hombres en pugna, cuyas ideas le tocan íntimamente. Su fama de juez severo en Yo soy ha sido un feliz accidente televisivo, una parodia con aliento de varias temporadas que disfruta como humorista tierno con cara de malo.

Debo felicitarte porque has producido el mejor programa del 2013, La voz, sin abandonar el teatro, pues dirigiste 12 hombres en pugna. Y debo darte las condolencias por la muerte de tu papá. ¡Qué año tan difícil, Ricardo! Creo que ha sido el año más intenso. La gente puede pensar que hay un plan, una hoja de ruta. Pero en realidad, en el canal las cosas nos han ido pasando y a mí me han ido pasando y tengo que sumar lo bueno y lo no bueno. La TV es más reactiva de lo que se piensa.

Claro, en el teatro hay un guion escrito. Pero en la TV hay un conjunto de reglas precisas. Me refiero a algo más macro. En el teatro hay un proceso de reflexión que puede durar un año. La TV a veces la piensas post, la hiciste y luego te preguntas qué has hecho.

¿Te place esta definición de la tele: Producir calculadamente para que todo surja espontáneamente? Sí, claro. Hay acuerdos sobre lo general, pero no se sabe qué va a pasar exactamente. Siempre es interesante que ocurra algo fuera de lo común.

¿El Puma fue una sorpresa? Sí. Yo lo había visto en “La voz, Argentina” y no fue igual. Estuvo mucho más sobrio. Algo pasó en la mezcla de su carácter con el temperamento peruano.

Si te animas a hacer algo distinto, haz un late show, por favor. Tal vez nos corresponde algo más parecido a lo que hacen en Italia o Argentina, más latino, con más lentejuelas que los gringos.

Y con más de un personaje, aunque Galdós trata de prender. Creo que ha prendido, le ha ido bien el pase a las 12, está mucho más picante. Hace algo más chico y está mucho mejor.

¿No te gustaría tener un espacio provocador? Creo que para mí ese espacio es el teatro, aunque el próximo año no voy a dirigir nada.

Eres la gran esperanza blanca de la televisión, en el sentido de que haces una TV sana, no ingenua. No, por favor. Uno, soy un director de teatro que cayó de casualidad en la TV. Dos, no sabemos nada. Tres, cada vez que hago algo creo que podemos fracasar. Somos el último país en la prueba PISA, no se puede hablar de desarrollo sin pensar en la educación.

Me quieres decir que vas a producir algo para los niños. Sí, estoy en eso. El canal nos está apoyando.

¿Sería un formato original, creación heroica? Sí. Pero que sepan lo que cuesta hacer algo propio. Empresas como Talpa o Endemol juntan a varias cabezas que piensan e invierten miles en hacer un piloto en Los Ángeles. Aquí nadie te banca todo eso.

Hiciste un espectáculo cómico, “El mundo según Morán”. Era un monólogo cómico sobre la historia del mundo, no el stand up en el que piensas. Si acabé ante cámaras en “Yo soy”, fue por idea de Susana Umbert.

¿Le costó convencerte? Un poquito. Siento que soy más útil para el programa afuera mirando. En “Yo soy” hubo una etapa de conflicto real y luego nos volvimos una parodia de nosotros mismos, fue divertido. Sin Fernando (Armas) y Maricarmen (Marín) me sentiría perdido.

¿Van a estar juntos en la próxima temporada? Eso espero, ese es el reto.

¿Qué piensas de la exposición de las vidas privadas, no voluntaria en un stand up, sino de la privacidad ajena? ¿Qué piensas de “El valor de la verdad”? Tengo dos reglas bien importantes. Trato de no hablar del ráting con nadie y trato de no hablar del trabajo de otros, a menos que sea para felicitarlos. Me cuesta hacer un juicio desde el punto de vista de una moral. Creo que ya es un tema de gusto, si al final del programa te sientes descargado o te sientes pegajoso.

Después de ver La voz me siento descargado, después de ver El valor de la verdad me siento pegajoso. Hablemos de tus proyectos, ahora mismo viene La voz kids. ¿Los nenes lloran y se pican? Los chicos la viven con mucha más intensidad que los adultos. Hay que ser muy cuidadosos, lloran mucho pero eso se muestra lo más brevemente posible. Pero no se pican. Hay algo notable en ver a un niño enfrentar retos que corresponden a adultos, hay algo conmovedor ahí. También es importante que los niños se vean como tales, no hay uñas pintadas, no hay maquillaje, no hay Little Miss Sunshine (película sobre los excesos de los concursos infantiles).

¿Por qué tu productora se llama Rayo en la Botella? Primero, porque atrapar un rayo es algo muy difícil, casi imposible. Y también hay una frase gringa que dice que no puedes atrapar un rayo en la botella dos veces. O sea, no puedes repetir algo que te ha salido bien. Yo creo más en la primera versión y espero tener más de un rayo.

Ricardo, antes de terminar, ¿quieres decirme algunas palabras sobre tu padre? Su fallecimiento, que ha sido súbito, no ha habido enfermedad, se fue al sur y no volvió, me ha afectado de dos formas diferentes. Una, es la sensación de vacío grande que uno tiene cuando su modelo, su referente se va, eso te paraliza. Y en un sentido contradictorio me obliga a sobrellevarlo. Para estar a la altura de lo que él es, no debo detenerme, pero me cuesta.

Te estaría diciendo que sigas adelante. Sí, [me diría] desahuévate. No importa lo que yo haga, siempre voy a ser el hijo del capitán Morán [su padre fue piloto aéreo]. Cada vez que entro a un aeropuerto y me subo a un avión, siempre va a venir alguien a decirme: Usted es el hijo del capitán Morán, ¿no?. No existe Yo soy, no existe La voz, soy quien soy por mi papá. Lo tengo idealizado, pero la realidad lo demuestra.