Muchos jóvenes peruanos recordarán la versión chilena de Rojo, fama contrafama que emitía Televisión Nacional de Chile (TVN) y que tuvo regular repercusión por estos lares, bajo la conducción de Rafael Araneda. Tal fue el éxito de este reality en el país vecino, desde su estreno en el 2002, que luego de seis temporadas increíbles en términos de audiencia sus participantes vendieron más de un millón y medio de discos y protagonizaron su propia película en el 2006. Gracias a esto también se creó el Clan Rojo y programas derivados del original como Rojo Vip. Después de ser vendido a Paraguay con similar éxito (ya va siendo emitido seis años por allá), este lunes la aventura comenzará en el Perú, con Cristian Rivero al frente.

El hasta hace poco presentador de Perú tiene talento adelanta, de arranque, lo que todo seguidor de la versión chilena ya sabe: la exigencia a los participantes estará a la orden del día en este programa.

Esa será la gran diferencia con otros espacios de canto y baile: el jurado será exigente en varios puntos. Para los que vayan a sentencia la cosa será más complicada por la cantidad de números que tendrán que presentar. Se exigirá mucha técnica en el baile y se buscarán voces que marquen la diferencia, afirma Rivero.

¿Qué es exactamente lo que veremos en Rojo, fama contrafama? Un grupo de jóvenes de 16 a 23 años deberá demostrar su talento tanto en el canto como en el baile. Para ello deberán entrar a la escuela del programa, donde alistarán sus números y, eventualmente, sus retos, musicales, duetos y demás actividades.

Este será un programa netamente juvenil, es como una fiesta en la TV, explica Rivero, quien, en comparación con su papel en Perú tiene talento, asegura que en Rojo, fama contrafama tendrá mucho más protagonismo. Empezaré el reality con los participantes, estaré con ellos cuando acaben de cantar, con sus experiencias en la escuela, mostrando sus logros, sus decepciones y sus alegrías. Es un programa diario que exigirá mucho más de mí, agrega.

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