Esta postal con la imagen de Francisco es lo que más se llevan los turistas, pero ya no compran tanto como hace dos meses, dice una de las vendedoras de recuerdos papales en la Plaza de Mayo, en el centro de Buenos Aires.
Quizás los nuevos Papa tours ayuden a estimular el negocio.
A pocos metros de su puesto, unas guías esperan al turista con riguroso uniforme vaticano: traje de chaqueta negro, camisa blanca y pañuelo amarillo alrededor del cuello, que hace juego con el paraguas.
Este recorrido, que sale de la Catedral donde Francisco daba misa cuando era el cardenal Jorge Bergoglio, es parte de una iniciativa de la ciudad de Buenos Aires para dar a conocer la imagen del que probablemente sea ya el porteño más conocido en el mundo.
Desde hace una semana, los turistas pueden sumarse a un paseo gratuito de unas dos horas por el centro de la ciudad para conocer las iglesias donde realizó su actividad pastoral o el edificio de apartamentos donde Bergoglio vivió, sin televisión ni aire acondicionado, explican las guías.
También por lugares más cotidianos como su barbería o el kiosco donde compraba el diario o la galería comercial por la que solía caminar una vez al mes.
NO LE DIMOS BOLA Lo vimos pasar, lo conocíamos, pero no le dimos bola (no le prestaron atención) hasta que nos enteramos de que lo hicieron Papa, cuenta Antonio, el cerrajero de la galería, al paso de los turistas.
Uno siente cierta alegría del hecho de que sea argentino, como Messi o Maradona. ¿Qué te parece? Tener un papa argentino es demasiado ¿no?, presume.
Otro tour en autobús recorre los fines de semana el barrio de Flores, donde Francisco nació y creció.
Según el gobierno de la ciudad, ya recibió más de 760 solicitudes de inscripción para los recorridos.
Aunque por ahora hay más medios de comunicación, atraídos por la fascinación porteña por el Papa, que turistas en el paseo.