Más de un siglo después de que el arquitecto catalán Antonio Gaudí concibiera la catedral de la Sagrada Familia de Barcelona, sus formas imposibles siguen siendo un reto incluso para las más avanzadas tecnologías.
Considerado uno de los proyectos arquitectónicos más largos del mundo tras 130 años en construcción, uno de los principales obstáculos para terminar la catedral es la complejidad de los diseños de Gaudí, unido a la destrucción de sus planos y maquetas cuando los anarquistas incendiaron su estudio en 1936.
Para la reconstrucción de estos modelos confeccionados a finales del siglo XIX sus arquitectos ahora necesitan usar de forma combinada diversas tecnologías del siglo XXI.
UNA BIBLIA ESCULPIDA EN PIEDRA Por suerte para los arquitectos que hoy continúan la obra de Gaudí, también llamado el arquitecto de Dios por su profunda fe católica, la guerra civil no borró por completo el legado de su proyecto. Una estructura, diseñada con el objetivo de ser una biblia esculpida en piedra, donde cada parte tiene un sentido y un simbolismo en su conjunto.
La historia narra que cuando en el año 1936 los anarquistas hicieron añicos sus maquetas y moldes de yeso, se trató de preservar los restos de la destrucción emparedando las piezas, y así fue como sobrevivieron al conflicto, ocultas entre dos paredes.
Después de la guerra civil había muy poco dinero, y el poco que había se dedicó a restaurar los modelos para recuperar el proyecto, explicó a BBC Mundo Jordi Coll, arquitecto director de proyectos en la Sagrada Familia.
Era casi una labor arqueológica, buscando trozos, coincidencias, y evidentemente había continuadores que no habían muerto y podían buscar las partes.
EL ADN DE LA SAGRADA FAMILIA Tres generaciones de arquitectos se dieron a la tarea de recomponer los más de 1.000 trozos de maqueta dispersados y hoy clasificados al detalle, en lo que podría considerase el ADN de la Sagrada Familia.
Pero la obra de Gaudí era tan vanguardista, que los arquitectos no podrían reconstruir sus diseños usando los programas informáticos que normalmente se utilizan en arquitectura.
Las formas que componen el edificio son tan complejas que Coll y sus colaboradores deben combinar cinco programas informáticos distintos, normalmente empleados en la industria de la automoción y la aeronáutica.
Las columnas, por ejemplo, nadie las había hecho en la historia de la arquitectura. Columnas que se van transformando desde la base hasta arriba donde parece casi un círculo. Se van afinando hasta llegar al cielo. Es la búsqueda de la perfección, la búsqueda de Dios, cuenta Jordi Faulí, arquitecto director de la Sagrada Familia.
Estos pilares, cuenta Faulí, tenían como objetivo dar al interior del templo una estructura similar a un bosque, ya que para Gaudí ese entorno es el que permite al ser humano sentirse más cerca de Dios.
PROGRAMAS PARAMÉTRICOS E IMPRESORAS 3D Con los modelos podemos sacar datos suficientes como para reconstruir las superficies, explica por su parte Jordi Coll, pero a veces no hay suficientes trozos para organizar un modelo.
Pero de ellos podemos sacar puntos por coordenadas, y con los programas paramétricos, podemos montar parte del modelo y buscar cómo era el modelo que él tenía.
En el año 2000 también empezaron a entrar en juego las impresoras 3D. Las primeras que adquirió el equipo permitían obtener modelos hechos a base de cera, hoy los modelos se imprimen en yeso.
También tenemos escaners para escanear los modelos, incluso partes de la fachada, añade, todas las partes antiguas están escaneadas para poder hacer un modelo completo del templo en una cierta época.
Cuando nos preguntan cuándo estará acabado, dice Faulí, decimos que es posible en el 2016, con los recursos disponibles es posible y porque entonces se cumplen 100 años de la muerte de Gaudí.
Una vez terminada la catedral, con la torre central de Jesús de 172,5 metros, la Sagrada Familia será la iglesia más alta del mundo.