La fiesta en honor a la Virgen de la Candelaria, patrona de la ciudad de Puno, es una de las más grandes manifestaciones religiosas del país. Cada febrero, en esta zona del Altiplano, miles de bailarines y músicos vestidos coloridamente y provistos con fabulosas máscaras toman las calles danzando y dándole vida a esta fervorosa expresión cultural.

Elcomercio.pe visitó Puno e ingresó al taller de tres importantes artesanos, encargados justamente de la elaboración de las vestimentas y aquellos adornos que son parte importante y quizá lo que más identifica a esta multitudinaria celebración a orillas del lago Titicaca.

Una de las casas de la primera cuadra del jirón Carabaya alberga una parte de la historia de esta festividad. Allí, desde hace cuarenta años, Edwin Loza continúa una tradición familiar. Con cautela y pasión sus manos confeccionan las más interesantes máscaras que se lucen en todas las danzas de esta región.

Este arte lo aprendió cuando tenía cinco años y ha elaborado tantas que ya ni se acuerda. Hacer una máscara de caporal, por ejemplo, le tarda aproximadamente un mes y medio y el precio puede alcanzar hasta los diez mil soles, de acuerdo a la complejidad y los adornos que lleve. Loza dice que está trabajando para tener un museo para recibir a los visitantes.

Esta misma complejidad también llevan los trajes que se lucen en esta festividad. Uno de los más populares bordadores de la ciudad es Javier Quisbert, de la casa Luminar Internacional, quien hace más de veinte años que se dedica a este arte. La pasión la adquirió de su padre y de su abuelo, quienes hicieron de este talento una empresa familiar.

Lentejuelas, telas de fantasía, sedas y todo tipo de pedrería se entrelazan para darle colorido a populares danzas como La Diablada, La Morenada, Los Caporales y demás danzas folclóricas. Trajes pesados tanto para hombres como para mujeres son la atracción de la festividad que este año espera recibir a veinte mil turistas.

Al igual que Javier, Simón Lahuincha se dedica a la elaboración de vestimentas. Además, se encarga de la venta de máscara de latón con figuras de diablos y dragones. Lo más llamativo son los trajes de los ángeles guerreros, provistos de cascos y espadas brillantes

Lahuincha es presidente de la Federación de bordadores de Puno, integrado por 180 personas, que se encarga de distribuir vestimentas para distintos lugares de la región. Los pedidos han aumentado conforme se acerca la celebración a la patrona.

Una impresionante labor de tres artesanos que colaboran con la historia y la tradición de una importante actividad religiosa. En tanto en Puno ya se respira el ambiente festivo. Si tienes pensado viajar a Puno y participar de esta inolvidable experiencia no olvides visitar la página www.ytuqueplanes.com donde encontrarás buenas ofertas de viajes con hasta un 70% de descuento.