Existen alimentos como el arroz, las latas de conservas, los fideos, entre otros, que los puedes guardar en la despensa sin ningún problema y esperar una buena cantidad de tiempo para ingerirlos.
Sin embargo, hay también alimentos perecederos que apenas los abres, los tienes que comer si no quieres que se malogren. El queso, el pan, las hierbas o algunas verduras sufrirán y vencerán si no las ingieres de inmediato.
Existen algunos trucos que puedes usar para evitar que esto te suceda.