#listavergüenza (1): San Marcos y Colegio Médico auspician curso de homeopatía
Hace más de cinco años, el abogado español Fernando Frías creó una iniciativa llamada “La lista de la vergüenza“, con el objetivo de exponer públicamente a aquellas universidades españolas que oferten carreras profesionales o cursos de pseudociencias. La idea fue replicada en Chile, México, Colombia y Argentina.
Las pseudociencias son todas las afirmaciones, creencias o prácticas que se presentan como si fueran ciertas cuando en el fondo no pueden ser comprobadas de manera fiable a través de la experimentación y del método científico. En otras palabras, no es más que pura charlatanería. Lo más alarmante es que éstas han penetrado profundamente en el campo de la medicina. Todos hemos oído hablar de ellas, se camuflan bajo el nombre de “terapias alternativas“. Algunos ejemplos —muchos de ellos ridículos— son: la acupuntura, el reiki, la grafoterapia (derivada de la grafología), la magnetoterapia, la cristaloterapia, la orinoterapia, el sudordesobacoterapia, etc. En realidad, puedes usar cualquier cosa para crear una terapia alternativa.
Para iniciar nuestra lista de la vergüenza nos enfocaremos en este curso de actualización profesional en homeopatía desarrollado por la institución Formación Integral y Desarrollo Empresarial (FIDE) y que cuenta con la certificación de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) y del Colegio Médico del Perú (CMP) – Consejo Regional del Callao.
Pero, ¿qué rayos es la homeopatía? Si no lo sabes, es una de las pseudoterapias más ridículas que vas a oír y tu mismo te darás cuenta que se trata de una estafa.
Vamos a tomar la definición que aparece en el mismo folleto informativo del curso. “La homeopatía como método terapéutico, se basa en administrar pequeñas dosis de sustancias medicamentosas [sic] para activar las propias defensas de nuestro organismo y llegar suavemente a la mejoría o curación de las enfermedades”. Algo que no te dicen aquí es que, para la homeopatía, cuanto menor es la dosis, el efecto es más potente. Sí, suena ilógico, pero en eso se basa. Por eso, que no te extrañe ver a un homeópata diluir un “medicamento” y al mismo tiempo escuchar que lo está “potenciando”.
Si ponemos en un frasco un mililitro (ml) de la “sustancia medicamentosa” con 99 ml de agua o alcohol medicinal (etanol al 70%) y lo agitamos (“dinamizamos”) vigorosamente, tendremos una dilución 1/100 o, en el lenguaje de los homeópatas, 1 C o 1 CH [existen otros tipos de diluciones, pero esta es la más usada]. Si tomamos un mililitro de la solución 1 C y lo volvemos a diluir en 99 ml de agua o alcohol, obtendremos una solución 2 C, que es el doble de potente. Si repetimos este proceso 30 veces obtendremos una solución 30 C o 30 veces más potente que la original.
Lo que la intuición nos dice es que a medida que vas “potenciando” el remedio homeopático, la “sustancia medicamentosa” va desapareciendo de la solución. Si en la tintura original o madre tienes un 100% de la sustancia medicamentosa, en la solución 1 C habrá sólo el 1%, en la 2 C el 0,01%, en la 3 C el 0,0001%, y así sucesivamente. Se estima que en la solución 13 C ya no habría ni una sola molécula de la sustancia medicamentosa original. Todo por culpa de las leyes de la química.
Entonces, lo que finalmente te receta o vende un homeópata es agua con un poco de azúcar para darle sabor o para poder liofilizarlo y venderlo como comprimidos para ingerirlos por vía oral. No me digas que esto no es una estafa.
En otras palabras, no están vendiendo la azúcar más cara del mercado. Entonces, ¿por qué no optar por el genérico?
Si crees que todo esto es gracioso, todavía queda algo más. Resulta que para darle una explicación “razonable” a esta inconsistencia química, los homeópatas aducen que el agua “tiene memoria”. Puedes diluir —perdón, “potenciar”— todo lo que quieras, al final el agua recordará la estructura de la sustancia medicamentosa y ejercerá su efecto terapéutico. Incluso hablan de fenómenos cuánticos (un cliché que suele usarse en la pseudociencia para evitar entrar en discusiones técnicas). Por suerte el agua no tiene memoria, si no…
No obstante, es probable que hayan oído a una persona que fue tratada con medicamentos homeopáticos que se recuperó de su problema. Déjame decirte que no es más que el efecto placebo. La sugestión que uno mismo se ejerce por creer que lo que está tomando o la pseudoterapia que está siguiendo le hará sentirse mejor puede ser muy fuerte a tal punto de aliviar algunos síntomas. Por eso se exige que cualquier medicina que salga al mercado demuestre que su efecto es superior al placebo. Las medicinas homeopáticas no pasan esta prueba. Sin embargo, siempre habrá gente que diga “a mi me funciona” y con eso les basta. Esta magnífica viñeta lo explica muy bien:
Lo peor de todo es que la homeopatía resulta peligrosa si el paciente abandona la medicina que si funciona por esta terapia alternativa con la falsa esperanza que le irá mejor. Por esta razón, es una verdadera lástima que la Decana de América —mi segunda alma mater— acredite este tipo de cursos que finalmente terminan por estafar a los pacientes. Tal como apunta Frías, las universidades no pueden legitimar estas disciplinas pseudocientíficas basadas en creencias y supersticiones.
La resolución a la que hace referencia este curso, la R.D. Nº 1314-D-FM-2013, dice: Aprobar la segunda adenda al acuerdo de cooperación académica entre la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y Formación Integral de Desarrollo Empresarial – FIDE que en lo sucesivo se llamará “Acuerdo de servicios logísticos administrativos para la organización de actividades académicas programadas por el Centro de Extensión Universitaria y Proyección Social – CEUPS (…)”. Es probable que FIDE esté aprovechando de este convenio para organizar cursos de actualización profesional pseudocientíficos bajo el paraguas de la UNMSM. Tal vez el CEUPS de la UNMSM esté emitiendo los certificados sin saber realmente de qué trata este curso, por lo que sería bueno que investiguen porque me cuesta creer que esta prestigiosa Facultad de Medicina esté avalando pseudomedicinas que no han demostrado científicamente que funcionan.
Por ahora, los médicos Alejandro Zevallos y Alvaro Taype-Rondan han abierto una petición en Change.org para que la UNMSM deje de auspiciar cursos de homeopatía. “Es muy lamentable ver que una universidad peruana de renombre, que debería transmitir el conocimiento científico y garantizar una correcta práctica médica, avale la enseñanza de este curso. Esperamos que este haya sido un malentendido que se solucione prontamente”, indican.
Puedes firmar la petición AQUÍ.