A la hora de hacer tus compras, dale prioridad a esta sección del supermercado. (Foto: istock / Getty Images)
A la hora de hacer tus compras, dale prioridad a esta sección del supermercado. (Foto: istock / Getty Images)
Luis Fernando Alegría

Luego de un primer trimestre en que la creció por debajo de lo esperado, entre abril y junio se habría acelerado por encima del 5%. Sin embargo, el entorno interno más benigno no ha contagiado las expectativas de los consumidores, que hace ya seis meses no muestran optimismo sobre la economía.

Así lo revela el índice de confianza del consumidor () en Lima Metropolitana, elaborado por Apoyo Consultoría, que se ubicó en 47 puntos durante julio. Cuando este indicador se encuentra por debajo de 50 puntos, se habla de un sentimiento pesimista; mientras que hay optimismo cuando la lectura supera los 50 puntos.

Si bien este resultado implica una mejora respecto a lo observado en junio, el Indicca no registra puntaje superior a 50 desde enero de este año (52 puntos). Pero cabe considerar que el 2017 la estuvo en territorio pesimista durante nueve meses consecutivos.

Al ver el detalle por sectores económicos, se notan dos situaciones distintas. Mientras las personas del nivel socioeconómico (NSE) A/B se mantienen al filo del optimismo en lo que va del año, aquellos de los estratos C, D y E suman 21 meses consecutivos en el tramo pesimista.

BAJO LA LUPA
Los resultados del Indicca evidencian que las buenas noticias en materia económica y los datos positivos del mercado laboral formal, que son reportados a través de la planilla electrónica, no están contagiando a los consumidores. Sobre este fenómeno, Apoyo Consultoría ensaya dos explicaciones a este “divorcio” entre las cifras.
En primer lugar, sostiene que el deterioro del entorno político golpea las expectativas de las personas. El componente de la confianza que más se ha deteriorado por este factor –explica– es la perspectiva sobre la situación económica dentro de 12 meses.

Esto sucede en un contexto en el que las aguas políticas están agitadas por la crisis asociada al Poder Judicial.

La segunda explicación al pesimismo agregado de los consumidores es que la recuperación del mercado laboral formal no alcanza a todos. Es importante recordar que las cifras de planilla electrónica revelan la foto de la contratación formal en empresas formales. Sin embargo, dejan fuera de dicha foto el empleo informal y la dinámica de firmas informales.

De hecho, Apoyo Consultoría observa que los beneficiados de la generación de empleo están concentrados en los NSE A/B. En esos estratos se ve una mejora en la percepción de facilidad para encontrar trabajo.

En tanto, los NSE C, D y E creen que se está haciendo cada vez más difícil encontrar empleo; lo que se condice con la percepción de que los hogares de menores ingresos son los que no se benefician de la dinámica económica y laboral.

MÁS DATOS 

  1. De acuerdo con la encuesta de expectativas del Banco Central de Reserva (BCR), la confianza empresarial está en territorio optimista hace 15 meses, a diferencia de lo que sucede con la percepción del consumidor.
  2. Los datos de la planilla electrónica revelan que en abril, el ingreso promedio mensual de un trabajador formal en el país ascendió a S/1.826. En tanto, según el INEI, el ingreso promedio mensual considerando empleados formales e informales es de S/1.536 a escala nacional.

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