Oscar García

Para el millonario Mohammad Awad Bin Laden, que surgió en la pobreza en Yemen y se convirtió en el más rico de Arabia Saudí, su reputación lo era todo. Sin educación ni cultura, creó un imperio de construcción con las únicas cartas que le tocaron: la labia y el saber negociar. En 1957, Muhammad desposó a Allia Ghanem, de 14 años, su esposa número 11. Aunque el matrimonio duró poco, le daría un hijo, aquel que sería eventualmente la ruina de su apellido.