Augusto Pinochet (Foto: EFE)
Augusto Pinochet (Foto: EFE)
Redacción EC

Un día como hoy, un 7 de setiembre de 1986, el general chileno salió ileso de un atentado que mató a cinco guardaespaldas e hirió a 11 personas. “Jamás creí que iba a salir con vida”, dijo el dictador tras lo sucedido ante las cámaras de TV. La policía secreta del régimen, a modo de venganza, asesinó a cuatro opositores, entre ellos un periodista, José Carrasco.

Aislado de la comunidad internacional, por las violaciones a los derechos humanos, Pinochet se salvó del ataque del izquierdista FPMR (Frente Patriótico Manuel Rodríguez), brazo armado del Partido Comunista de Chile.

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El atentado ocurrió a las 6:40 p.m., mientras el dictador se dirigía de regreso a Santiago desde su casa de descanso en el Cajón del Maipo, una zona ubicada en la precordillera de Los Andes, a 40 kilómetros de la capital.

Ese domingo, la caravana presidencial que trasladaba a 21 personas, compuesta por dos motociclistas de Carabineros y cinco autos, salió alrededor de las seis de la tarde de la casa de El Melocotón.

Los autos atravesaron un puente que era protegido por integrantes del Regimiento de Ingenieros N° 2 de Puente Alto. Al llegar allí, el comandante de la Armada Pedro Arrieta avisó por la radio que uno de los soldados se mostraba con una actitud hostil y ordenó que uno de los dos autos de resguardo que viajaban al final fuera a normalizar la situación.

Unos metros más adelante, en el sector de Las Achupallas (Cajón del Maipo), se divisó una camioneta con una casa rodante a un costado del camino que, ni bien vio pasar a los primeros Carabineros, el vehículo bloqueó el camino del presidente y su comitiva.

En ese momento, el cabo primero José Ramón Barrera, de 32 años, escolta número uno del comandante en jefe del Ejército, asomó su arma UZI por la ventada del Ford LTD. Acertadamente, ni siquiera consideró en la posibilidad de que se trata de un accidente y comenzó a disparar, dando inicio al enfrentamiento.

El primer impulso de Pinochet fue bajarse del auto para hacer frente al enemigo, pero su chofer y Arrieta se lo impidieron. “Se armó un acordeón con el frenado de los vehículos. Mi capitán (coronel Juan MacLean) empezó a gritar atrás, atrás, atrás”, recordó Barrera en una entrevista con La Tercera.

Desde un cerro cercano salían los disparos hacia los carros de Pinochet. Uno de los cohetes LAW impactó en el auto de Barrera, matando de inmediato a un cabo. Otro de sus compañeros fue acribillado al intentar huir.

Mientras se desarrollaba una sangrienta batalla, el chofer Oscar Carvajal le dio la vuelta al Mercedes Benz blindado que transportaba a Pinochet y pudo escapar de regreso a la residencia de El Melocotón. En el auto también viajaba el nieto del mandatario, quien a último momento cambió de auto con Barreda.

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