Desde luego, el actual ritmo de vida que llevamos la gran mayoría de seres humanos, tiene como protagonista principal al estrés, pues en pleno siglo XXI, es casi imposible, concebir la cotidianidad sin esta respuesta inmediata del organismo ante las distintas adversidades por las que atravesamos. Por lo general, solemos encasillarlo en el contexto laboral, ya que guarda una relación bidireccional con el síndrome del desgaste profesional o burnout; sin embargo, el estrés va más allá de ello, puesto que puede desencadenarse en cualquier ámbito de la vida.
Como bien sabemos, esta sensación puede ocasionar un impacto significativo en nuestra productividad, pues las personas solemos experimentar una sobrecarga de estrés, el cual está activado por una serie de situaciones percibidas como amenazantes o desafiantes, pero también por la suma de emociones con connotación negativa. Sin duda, ello puede generar una fatiga psicológica, la misma que si se mantiene en el tiempo, puede traer consigo múltiples consecuencias para la salud mental y física.
¿El estrés emocional es del todo malo?
En efecto, el estrés emocional al igual que otras emociones negativas, como el miedo, son una respuesta natural, necesaria y adaptativa que nos permite enfrentarnos a situaciones que representan un riesgo para nosotros, básicamente, gracias a este, reaccionamos y nos ponemos a la par de la amenaza o peligro. No obstante, el problema surge cuando este se convierte en una reacción crónica que atenta contra nuestro bienestar emocional, ya que estas vivencias desafortunadas pueden repercutir en nuestra manera de percibir el mundo y a nosotros mismos, pues nuestra visión está nublada por una serie de emociones que pasan a formar parte de nuestro día a día.
¿Cómo se manifiesta el estrés emocional?
Es importante tomar en cuenta que, nuestro cuerpo suele somatizar el malestar psicológico, por lo que podemos experimentar una fatiga o cansancio recurrente, dolores de cabeza, alteraciones gastrointestinales, mareos, dificultad para respirar, etc. Por otro lado, nuestro estado de ánimo se ve terriblemente afectado, ya que empezamos a sentir una gran apatía, ira, decepción y tristeza, así como surgen una serie de pensamientos y creencias irracionales.
¿Cómo podemos aprender a gestionar el estrés emocional?
Si bien es cierto, siempre vamos a atravesar por momentos difíciles y es natural que experimentemos estrés, en medida de lo posible, debemos tratar de encontrar maneras de aplacarlo. Sé que es una cuestión complicada, pero al ser más consciente de nuestro estrés y de aquellos factores que lo potencian, en definitiva, nos hará sentir mucho mejor y vivir una vida más plena y satisfactoria.
Identificar la fuente del estrés
Sin lugar a duda, es importante comprender qué situaciones o factores están causando nuestro estrés emocional para poder abordarlos adecuadamente. Creo que una muy buena herramienta para lograrlo es por medio de la introspección, pues gracias a ella, podemos ahondar en nuestras emociones y pensamientos, teniendo la oportunidad de tener una visión más clara sobre nosotros mismos y todo aquello que nos rodea.
Establecer límites
Probablemente, la falta de límites en nuestra vida sea una de las principales consecuencias del estrés, pues de alguna u otra forma, pensamos que podemos asumir una infinidad de labores y responsabilidades y, no nos damos cuenta que en algún momento esa incapacidad de saber decir que no, va a generar que perdamos el control y suframos de una fatiga que nos termina consumiendo.
Vivir de forma más consciente
Aunque puede resultar difícil vivir sin prisas, tenemos que aprender a bajar un poco el ritmo y a disfrutar más de cada momento y ser más conscientes sobre nosotros mismos y el mundo que nos rodea. También creo que, es clave que revisemos nuestro día a día, y que logremos incorporar actividades que verdaderamente nos generan bienestar, es decir, que tengamos la oportunidad de identificar cuáles son esas cosas o momentos que nos hacen sentir plenos. Tal vez puede ser leer, bailar, practicar un deporte, etc.
Buscar ayuda profesional
Por supuesto, estos consejos y recomendaciones que brindo o que podemos encontrar en internet y/o redes sociales, nos ayudan a ser más conscientes de lo que nos está sucediendo; sin embargo, si el estrés o cualquier otra cosa es algo que se presenta de forma constante y está interfiriendo con nuestra vida, es sumamente importante solicitar apoyo profesional. Asimismo, es fundamental que comprendamos que la gestión del estrés emocional es un proceso individual y que requiere de tiempo y paciencia para encontrar las técnicas que mejor funcionen para cada individuo.
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Milenka Duarte es periodista y psicóloga por la Universidad Peruana Cayetano Heredia.
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