El cáncer es una de las enfermedades más temidas y mortales de nuestro tiempo, ya que no discrimina a nadie, y puede afectar a cualquier parte del cuerpo, desde la piel hasta los órganos internos. Por ejemplo, el cáncer de cuello uterino es el cuarto tipo de cáncer más frecuente en las mujeres a nivel mundial, con una incidencia estimada de 604.000 nuevos casos y 342.000 muertes tan solo en el 2020, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Asimismo, se ha evidenciado que el 50% de las lesiones precancerosas del cuello uterino de gran malignidad son provocadas por la infección de los tipos 16 y 18 del virus del papiloma humano (VPH), los cuales se transmiten principalmente por contacto sexual.
Aunque aún queda mucho por hacer para encontrar una cura definitiva, se ha avanzando mucho en el diagnóstico y tratamiento del cáncer en los últimos años. Por esta razón, por medio de diversas acciones, como el Día Mundial de la Prevención del Cáncer de Cuello Uterino, el cual se celebra cada 26 de marzo, se busca promover entre la población mundial una mayor consciencia sobre la importancia de una detección precoz y la adopción de hábitos más saludables, con el fin de minimizar los riesgos de desarrollar esta afección.
¿Cuáles son los principales factores de riesgo para contraer VPH?
Si bien es cierto, se cree que pueden incidir factores genéticos; sin embargo, como informa Marco Sánchez Salcedo, ginecólogo oncólogo de la Clínica Ricardo Palma, este padecimiento puede aparecer en mujeres entre 30 a 50 años por las siguientes razones:
- Infección por Virus del Papiloma Humano (VPH): Sin lugar a duda, es el factor de riesgo más importante de cáncer de cuello uterino. El VPH es un grupo de más de 150 virus relacionados, los cuales se transmiten por vía sexual y se estima que la mayoría de las personas se infectan poco después de iniciar su actividad sexual.
- Antecedentes sexuales: Las mujeres que inician una vida sexual temprana- antes de los 18 años- tienen un mayor riesgo de desarrollar la afección, en especial, si han tenido múltiples parejas sexuales, ya que es muy posible una infección por VPH.
- Tabaquismo. Las mujeres que fuman tienen aproximadamente el doble de probabilidades de padecer cáncer de cuello uterino en comparación con aquellas que no lo hacen. Diversos estudios han detectado que los productos químicos del tabaco pueden dañar el ADN de las células en el cuello uterino. Además, fumar hace que el sistema inmunitario sea menos eficaz en combatir las infecciones por VPH.
- Inmunosupresión: En definitiva, las mujeres que tienen un sistema inmunológico débil o comprometido, ya sea por VIH, trasplante de órganos o medicamentos, presentan un mayor riesgo, pues el sistema inmunitario es fundamental para destruir las células cancerosas y retardar su crecimiento y extensión.
- Antecedentes de enfermedades de transmisión sexual: Aquellas que han sufrido de enfermedades, como clamidia o gonorrea, tienen una mayor predisposición.
- Uso prolongado de píldoras de control natal: Actualmente, existe evidencia de que el uso de anticonceptivos orales por un largo periodo de tiempo aumenta la probabilidad de cáncer de cuello uterino; no obstante, el riesgo puede disminuir tras su suspensión.
- Alimentación inadecuada: Sin duda, un régimen nutricional pobre en frutas y verduras y rico en grasas, carbohidratos y azúcares puede contribuir con el desarrollo de este tipo de cáncer.
¿Cómo prevenir el cáncer de cuello uterino?
La prevención es crucial para evitar el desarrollo de enfermedades como el cáncer de cuello uterino, por ello el especialista recomienda tomar en cuenta algunas medidas, incluyendo:
- Vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH): La vacuna contra el VPH es altamente efectiva para prevenir la infección por el VPH, que es la principal causa del cáncer de cuello uterino. La vacuna se recomienda para todas las niñas y mujeres jóvenes antes de su primera relación sexual. La inoculación completa comprende tres dosis: la primera a partir de los 9 años, la segunda 2 meses después de la primera dosis; y la tercera, a los 4 meses de aplicarse la segunda dosis.
- Pruebas de detección regulares: Las pruebas de detección de cáncer de cuello uterino, como la prueba de Papanicolaou y la prueba de VPH, pueden ayudar a detectar la enfermedad en las etapas tempranas, cuando es más tratable. Adicionalmente, es importante que las mujeres comiencen a hacerse pruebas de detección a partir de los 21 años y se realicen pruebas regulares según las recomendaciones de su médico.
- Reducción de factores de riesgo: Algunos factores de riesgo, como el tabaquismo y tener múltiples parejas sexuales, pueden aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de cuello uterino. Por ello, el aplacar estos factores de riesgo puede ayudar a prevenir la enfermedad.
- Uso de preservativos: El uso de preservativos durante las relaciones sexuales puede ayudar a reducir el riesgo de contraer el VPH y otras infecciones de transmisión sexual que pueden aumentar el riesgo de cáncer de cuello uterino.
- Estilo de vida saludable: Mantener un estilo de vida saludable, incluyendo una dieta balanceada y ejercicio regular, puede ayudar a reducir el riesgo de cáncer de cuello uterino y otros tipos de cáncer.
- Por último, Sánchez destaca que si alguien está experimentando algún síntoma que le preocupa, es fundamental acudir a un médico de inmediato. Asimismo, nos recuerda que, con la prevención y el tratamiento adecuado, muchas mujeres pueden superar el cáncer de cuello uterino y llevar una vida saludable.
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