Existen más de 30 mil casos diagnosticados con Parkinson en el Perú, según el Instituto Nacional de Ciencias Neurológicas (INCN). Dentro de esa cifra, el instituto indicó que una de cada 100 personas de 65 años o más sufre de esta enfermedad, al igual que 1 de cada 10 personas de 80 años o más. No obstante, no muchos tienen conocimiento de que las estadísticas también señalan que el riesgo puede aparecer en edades más tempranas, pues está confirmado que 1 de cada 250 personas mayores de 40 años también padece de Parkinson.
En ese sentido, es fundamental generar conciencia en relación al Parkinson, conocer sus señales y saber que existe un tratamiento, el cual puede ser muy efectivo si se inicia a tiempo y con las medidas necesarias. “Si bien no existe una cura para el Parkinson, sí hay opciones para controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente. Para ello, el tratamiento farmacológico inicial puede ser muy efectivo, aunque es posible que el paciente llegue a necesitar cirugía de estimulación cerebral profunda (DBS) con el tiempo”, estableció el Dr. Fernando Ramirez de Noriega, Neurocirujano Funcional y especialista en Estimulación Cerebral Profunda.
“Es importante crear conciencia para lograr el manejo integral de la enfermedad. En todos los casos, es fundamental contar con un equipo multidisciplinario en el camino, liderado por un neurólogo y formado por psicólogos, rehabilitadores, entre otros especialistas. El equipo que maneje al paciente debe tener en cuenta que el Parkinson no solo genera deterioro físico, sino mental”, agregó el experto.
¿Qué es el Parkinson?
En palabras de la Dra. Tarannum Khan, neuróloga de Cleveland Clinic, la enfermedad de Parkinson es un trastorno neurológico progresivo que afecta el movimiento corporal. “Comienza cuando empiezan a morir las células cerebrales que producen la dopamina, mensajero químico que ayuda a controlar el movimiento. La escasez de este neurotransmisor es la causa de los síntomas de la enfermedad de Parkinson”, aclaró.
En adición a ello, el Dr. Ramirez de Noriega indicó que, debido a la degeneración de aquellas neuronas, el paciente desarrolla la ‘triada clásica del Parkinson’: el temblor, la rigidez y la lentitud de los movimientos. De todas maneras, cabe resaltar que los síntomas pueden variar en cada persona.
“Los pacientes también pueden experimentar cambios en el habla y la escritura, así como problemas con el equilibrio, la coordinación y la postura. A medida que la enfermedad progresa, pueden aparecer cambios cognitivos, como problemas en la memoria y de comportamiento, incluyendo la depresión y la ansiedad”, destacó la Dra. Khan.
¿Cuáles son los síntomas de la enfermedad de Parkinson?
La Dra. Khan organizó la sintomatología en dos categorías: motores y no motores. La principal hace referencia a los síntomas relacionados con el motor, es decir, con el movimiento:
- Movimientos lentos (bradicinesia): Un diagnóstico de enfermedad de Parkinson requiere que el paciente tenga este síntoma. Las personas que padecen esto lo describen como debilidad muscular, pero ocurre debido a problemas de control muscular y no hay una pérdida real de fuerza.
- Temblor mientras los músculos están en reposo: Se trata de un temblor rítmico de los músculos incluso cuando no se están usando y ocurre en aproximadamente el 80% de los casos de enfermedad de Parkinson. Los temblores en reposo son diferentes de los temblores esenciales, que no suelen ocurrir cuando los músculos están en reposo.
- Rigidez: La rigidez del tubo de plomo y la rigidez en rueda dentada son síntomas comunes de la enfermedad de Parkinson. La rigidez del tubo de plomo es una rigidez constante e inmutable cuando se mueve una parte del cuerpo. La rigidez de la rueda dentada ocurre cuando se combinan temblor y rigidez del tubo de plomo. Recibe su nombre debido a la apariencia entrecortada e intermitente de los movimientos (piense en ello como el segundero de un reloj mecánico).
- Postura inestable o marcha al caminar: Los movimientos lentos y la rigidez de la enfermedad de Parkinson provocan una postura encorvada o encorvada. Esto suele aparecer a medida que la enfermedad empeora. Es visible cuando una persona camina porque usará pasos más cortos y arrastrando los pies y moverá menos los brazos. Girar mientras camina puede requerir varios pasos.
Los síntomas motores también pueden incluir: |
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Parpadeos con menor frecuencia de lo habitual: También es un síntoma de un control reducido de los músculos faciales. |
Escritura apretada o pequeña (micrografía): Ocurre debido a problemas de control muscular. |
Babeos: Otro síntoma que ocurre debido a la pérdida del control de los músculos faciales. |
Expresión facial tipo máscara (hiponimia): Significa que las expresiones faciales cambian muy poco o nada en absoluto. |
Problemas para tragar (disfagia): Sucede debido a un control reducido de los músculos de la garganta. Aumenta el riesgo de problemas como neumonía o asfixia. |
Voz inusualmente suave (hipofonía): Esto sucede debido a la reducción del control de los músculos de la garganta y el pecho. |
Por el otro lado, los síntomas no motores son aquellos que no están relacionados con el movimiento y el control muscular. “En años anteriores, los expertos creían que los síntomas no motores eran factores de riesgo de esta enfermedad cuando se observaban antes que los síntomas motores. Sin embargo, cada vez hay más pruebas de que estos síntomas pueden aparecer en las primeras etapas de la enfermedad. Eso significa que estos síntomas podrían ser señales de advertencia que comienzan años o incluso décadas antes que los síntomas motores”, especificó Khan. Entre ellos, se encuentran los siguientes:
- Síntomas del sistema nervioso autónomo: Estos incluyen hipotensión ortostática (presión arterial baja al estar de pie), estreñimiento y problemas gastrointestinales, incontinencia urinaria y disfunciones sexuales.
- Depresión
- Pérdida del sentido del olfato (anosmia)
- Problemas del sueño: Por ejemplo, el trastorno del movimiento periódico de las extremidades (PLMD), el trastorno de conducta de movimientos oculares rápidos (REM) y el síndrome de piernas inquietas.
- Problemas para pensar y concentrarse (demencia relacionada con el Parkinson)
Cuando los médicos sospechan la enfermedad de Parkinson o necesitan descartar otras afecciones, es posible realizar diversas pruebas de diagnóstico e imágenes. Éstas incluyen: Análisis de sangre (pueden ayudar a descartar otras formas de parkinsonismo), exploración por tomografía computarizada (TC), prueba genética, imágenes por resonancia magnética (MRI) y exploración por tomografía por emisión de positrones (PET).
¿Cómo se evalúa la enfermedad de Parkinson?
La neuróloga de Cleveland Clinic sostuvo que la enfermedad de Parkinson puede tardar años -o incluso décadas- en causar efectos graves. “Por ello, en 1967, Margaret Hoehn y Melvin Yahr crearon el sistema de estadificación de la enfermedad ee Parkinson. Actualmente, aquel sistema ya no se usa ampliamente, pues estadificar esta afección no es tan útil como determinar cómo afecta la vida de cada persona individualmente y luego tratarla en consecuencia de lo averiguado”, resaltó.
En la actualidad, la principal herramienta de los proveedores de atención médica para clasificar esta enfermedad es la Escala Unificada de Calificación de la Enfermedad de Parkinson de la Sociedad de Trastornos del Movimiento (MDS-UPDRS), la cual examina cuatro áreas diferentes de cómo le afecta la enfermedad al paciente:
- Aspectos no motores de las experiencias de la vida diaria: Esta sección trata síntomas no motores (sin movimiento) como demencia, depresión, ansiedad y otros problemas relacionados con la capacidad y la salud mental. También hace preguntas sobre dolor, estreñimiento, incontinencia, fatiga, etc.
- Aspectos motores de las experiencias de la vida diaria: Esta sección cubre los efectos sobre las tareas y habilidades relacionadas con el movimiento. Incluye su capacidad para hablar, comer, masticar y tragar, vestirse y bañarse si tiene temblores y más.
- Examen motor: Un proveedor de atención médica utiliza esta sección para determinar los efectos de la enfermedad de Parkinson relacionados con el movimiento. Los criterios miden los efectos en función de la forma de hablar, las expresiones faciales, la rigidez y la rigidez, la marcha y la velocidad al caminar, el equilibrio, la velocidad de movimiento, los temblores, etc.
- Complicaciones motoras: En esta sección, un proveedor determina el impacto que los síntomas de la enfermedad de Parkinson están afectando su vida. Eso incluye tanto la cantidad de tiempo que tiene ciertos síntomas cada día como si esos síntomas afectan o no la forma en que pasa su tiempo.
“Personalmente, considero que lo mejor es individualizar el puntaje de cada paciente. La escala UPDRS funciona para otorgarle un puntaje a cada paciente en relación a la carga de sus síntomas. Así, va a perminirnos evaluar la respuesta al tratamiento que le sea asignado. Es una escala mucho más dinámica y nos permite comparar y tomar decisiones al momento de observar las respuestas al tratamiento”, recalcó el Dr. Ramírez de Noriega.
¿Cuáles son los posibles tratamientos para la enfermedad de Parkinson?
“El tratamiento inicial para la enfermedad de Parkinson va a ser farmacológico. En los primeros años, al paciente le va a ir bien con la medicación y va a disfrutar de su vida con normalidad. Asimismo, eso nos va a ayudar a confirmar que sea enfermedad de Parkinson, pues una persona que no responde a los medicamentos iniciales debe ser reevaluada para confirmar nuevamente el diagnóstico”, aseveró el Dr. Ramírez de Noriega.
Al ser una enfermedad progresiva, los síntomas van a ir avanzando con el tiempo, por lo que el paciente típicamente va a necesitar más dosis de la medicación con mayor frecuencia. “Incluso, hay pacientes que toman medicación cada dos horas para controlar los síntomas. Esas son las personas que, con el pasar de los años, padecerán mayores dificultades. Además, pueden empezar a desarrollar los efectos secundarios de los medicamentos. En situaciones así, existe la opción de la cirugía de estimulación cerebral profunda”, agregó el doctor.
La Dra. Khan afirmó que la estimulación cerebral es una opción de tratamiento que se basa en el uso de un dispositivo que envía impulsos eléctricos a ciertas áreas específicas del cerebro. Es el tratamiento más utilizado debido a que puede mejorar en forma efectiva los síntomas motores y la calidad de vida para muchos macientes. “El dispositivo se implanta debajo de la piel, cerca de la clavícula, y se conecta a los electrodos introducidos en el cerebro. Los impulsos eléctricos pueden ayudar a regular la actividad cerebral anormal que es la causa de los temblores, de la rigidez y de los otros síntomas motores relacionados con la enfermedad de Parkinson”, destacó.
“La estimulación cerebral se usa a menudo cuando los medicamentos dejan de ser efectivos o cuando causan efectos secundarios significativos. Se ha demostrado que este proceso es eficiente para disminuir los síntomas motores, reducir el uso de medicamentos y mejorar la calidad de vida de muchos pacientes”, asintió la experta. Es preciso aclarar que se realizará una evaluación previa para concluir el caso amerita el procedimiento. Por ejemplo, en el caso de Cleveland Clinic, la doctora mencionó que los pacientes deben presentar:
- El diagnóstico de la enfermedad de Parkinson
- Síntomas que los medicamentos no controlan en forma adecuada
- Ausencia significativa de deterioro cognitivo o demencia
- Ausencia de problemas psiquiátricos o psicológicos críticos
- Ausencia de condiciones médicas que hagan insegura la realización de una cirugía
- La voluntad expresa de someterse a la intervención quirúrgica y de participar en el programa de gestión postoperatoria.
Para concluir, Khan declaró que pos riesgos de la estimulación cerebral para la enfermedad de Parkinson incluyen infección, sangrado y accidente cerebrovascular. Además, puede haber complicaciones relacionadas con el dispositivo, como un mal funcionamiento del aparato o una falla en la batería. Sin embargo, los beneficios de la estimulación cerebral pueden ser significativos para los pacientes con la enfermedad de Parkinson.
”Este procedimiento puede reducir los síntomas motores y el uso de medicamentos, además de mejorar la calidad de vida. La estimulación cerebral también puede proporcionar una opción de tratamiento más consistente y confiable en comparación con la medicación como alternativa única”, finalizó.
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