El Kulluk, un enorme barco de sondeo perteneciente a la empresa de hidrocarburos Shell, encalló ayer en las costas de Alaska, según informaron voceros del gobierno de los Estados Unidos y de la misma empresa anglo-holandesa.

La tripulación del Kulluk tenía problemas para dirigir a la embarcación desde el jueves. El fuerte clima produjo vientos de hasta 120 kilómetros por hora y olas de 15 metros de altura, motivo por el cual el barco se soltó de las líneas de remolque y se dirigió hacia un lugar rocoso de la isla de Kodiak.

El barco lleva consigo 600 mil litros de diesel y casi 50 mil litros de aceite de engrasado, lo que generó alarma ante un eventual derrame en las costas del Pacífico. Sin embargo, hasta el momento no se han reportado daños que pongan en riesgo el medio ambiente.

El incidente es un duro golpe para el programa de Shell, quien invirtió cerca de 4.500 millones de dólares para convertir al área en una nueva zona petrolera. Además varios grupos ambientalistas argumentan que el programa de perforaciones amenaza a una región muy frágil que ya está siendo afectada por el cambio climático a escala global.