El Empire State, uno de los rascacielos más emblemáticos de Nueva York, es además un edificio energéticamente sostenible que ha ahorrado 2,3 millones de dólares en el último año gracias a un plan de renovación de sus instalaciones, informó hoy la fundación Clinton.
Según el Congreso Mundial de Desarrollo Sostenible, los edificios son los responsables del 40% del consumo de energía en los Estados Unidos, cifra que asciende a un 75% en la ciudad de Nueva York, conocida por sus rascacielos y su densidad de población.
Pero desde hace dos años, el Empire State en colaboración con la fundación que dirige el expresidente Bill Clinton, lleva a cabo un plan de renovación y ahorro energético que le ha hecho ahorrar 2,3 millones de dólares en 2012 y casi cinco desde 2011, siguiendo un plan modélico que, de ser aplicado a todos los edificios comerciales de Nueva York, reduciría las emisiones de carbono en 4 millones de toneladas.
Siendo uno de los edificios más reconocibles del mundo, la renovación del Empire State sirve como modelo y prueba que renovar edificios ya existentes es la mejor manera para que la ciudad sea sostenible ambiental y económicamente, asegura el consejero delegado de la fundación, Bruce Lindsey.
En 2009, Clinton y el alcalde de Nueva York, Michael Blooomberg, lanzaron este plan de renovación, que se ha traducido en que el famoso rascacielos haya reducido sus emisiones en un 4%.
Sin embargo, aunque la mayor parte del edificio tiene el nuevo sistema energético sostenible, todavía quedan por renovar plantas del rascacielos. La fundación vaticina, que cuando la renovación sea total, se ahorrarán 4,4 millones de dólares y se reducirá un 38% del uso de energía en los próximos 15 años, así como 105.000 toneladas de emisión de carbono.
El Empire State, construido en 1931 en estilo art decó, era hasta la construcción de la nueva torre del World Trade Center, el más alto de Nueva York con 381 metros.