Bajo las capas de hielo de la Antártida yace una multitud de lagos fantasma cuyas aguas en estado líquido guardan secretos de hace millones de años.

Ahora, un equipo científico acaba de revelar algunos de esos secretos, al examinar muestras de la superficie del Lago Vostok, situado a 4 km de profundidad bajo el hielo y a 200 metros bajo el nivel del mar.

Los investigadores analizaron el material genético presente en muestras de hielo extraído de cerca de la superficie de ese lago, e identificaron organismos y marcas de organismos que podrían indicar la presencia de animales relativamente complejos.

Encontraron, por ejemplo, bacterias que con frecuencia están asociadas a moluscos, crustáceos o incluso peces marinos.

¿Pero de dónde vienen esos organismos?

Los expertos no descartan que esos restos de material genético puedan proceder de las aguas del océano, como si fueran una especie de contaminación milenaria.

Así lo describen en su estudio, que acaba de ser publicado en la revista especializada PLoS One.

RED DE AGUAS BAJO EL HIELO Si bien los investigadores creen que el Lago Vostok no está en contacto con la atmósfera desde hace muchos millones de años, la comunidad científica sabe que bajo las capas de hielo de la Antártica existe una compleja y dinámica red hidráulica.

El Lago Vostok, identificado por primera vez en 1956 por científicos rusos, es el más grande de un conjunto de unos 375 cuerpos de agua subglacial, que ya han sido registrados en un mapa por los expertos.

Este lago tiene en algunos puntos una profundidad de 800 m y abarca unos 15.000 km² (el Lago Titicaca, entre Bolivia y Perú, tiene unos 8.500 km²).

El agua se mantiene en estado líquido gracias al calor geotérmico ascendente del lecho de roca y la presión ejercida por el tejado de hielo.

Algunos de los lagos están conectados e intercambian agua.

Otros pueden estar totalmente aislados, y el agua podría haberse estancado en esos lugares hace miles o millones de años, lo que significa que probablemente alberguen microorganismos desconocidos para la ciencia moderna.

De ahí el gran interés que despiertan para los científicos.

¿QUÉ ORGANISMOS HALLARON? El estudio publicado en PLoS One examinó material genético partes de ácido ribonucleico (ARN) aislado de muestras de hielo que quedó acoplado a la capa de hielo glacial a medida que se movía sobre la superficie del lago.

La premisa de la que partieron los investigadores era que los contenidos de estas muestras darían una idea del tipo de vida presente en el Lago Vostock.

Al analizarlas, identificaron miles de correspondencias únicas con secuencias genéticas ya registradas en bases de datos públicas.

La gran mayoría de esas coincidencias, un 94%, fue con bacterias. Un 6% fue con organismos multicelulares, algo más complejos. Y algunas coincidencias fueron con arqueas o arqueobacterias, un tipo de microbios unicelulares muy primitivos.

Gran parte de las secuencias bacterianas eran de animales comensales, mutualistas y patógenos incluidos los asociados con los anélidos, anémonas marinas, braquiópodos, tardígrados y peces, según el informe.

El equipo también halló coincidencias con algunos tipos de bacteria que florecen en ambientes cálidos, como en los alrededores de las chimeneas hidrotérmicas volcánicas en el fondo marino.

Si en el Lago Vostok existieran estas chimeneas, podrían ser una fuente vital de energía y de nutrientes para los organismos que viven en el lago, dice el informe.

PISTAS PARA BUSCAR VIDA EN EL ESPACIO Los científicos también están interesados en explorar entornos subglaciales porque los resultados pueden proporcionar una idea del potencial de hallar vida en algunas lunas en el Sistema Solar, cuyas condiciones tal vez no sean tan distintas de las existentes bajo la Antártica.

Europa, un satélite de Júpiter, y Encelado, que orbita Saturno, tienen grandes volúmenes de agua líquida enterrados bajo sus cortezas congeladas.

Los astrobiólogos piensan que estas lunas pueden albergar microrganismos extraterrestres.