Una especie de rana que se creía extinta y fue redescubierta en 2011 acaba de regresar de entre los muertos catalogada como un fósil viviente. Esa es la conclusión de un estudio publicado en la revista especializada Nature Communications.

La rana pintada de Hula no se había visto ni oído en 60 años, hasta que en 2011 un guardabosques encontró una entre la maleza de una zona pantanosa en el valle de Hula, en el norte de Israel.

Desde entonces otros 13 ejemplares fueron descubiertos.

Ahora, un equipo científico pudo por primera vez estudiar la especie en detalle. Sus resultados confirman que se trata de una especie extremadamente primitiva, similar a los fósiles que tienen millones de años.

Mediante pruebas de ADN y escáners los expertos pudieron identificar que la rana pertenece a un grupo de anfibios prehistóricos que quedaron extintos hace 15.000 años.

Los anfibios Latonia fueron comunes en Europa durante millones de años, pero de ellos hoy en día sólo queda la rana pintada de Hula.

Anteriormente se creía que este anfibio pertenecía al grupo de los Discoglosus.

Nadie había tenido la oportunidad de ver un Latonia porque se extinguió en Europa. La única manera de que alguien lo viera era examinando fósiles, le dijo a la BBC el profesor Sarig Gafny, del Centro Académico Ruppin, en Israel.

Pero entonces, cada característica observable en la actual rana pintada de Hula encaja con la de los fósiles de Latonia y no con los de Discoglosus así que se trata de un fósil viviente, explicó.

UNA CRIATURA ESQUIVA Cuando la redescubrimos sentimos que habíamos hecho un gran hallazgo. La rana se convirtió en una especie de ídolo en Israel, dijo Gafny.

Y entonces descubrimos que se trata de un fósil viviente: eso fue increíble, declaró.

Ya antes de ser declarada extinta, en 1996, la rana de Hula era una criatura esquiva.

A pesar de su distintiva barriga negra con pintas blancas, sólo se habían avistado tres ejemplares adultos.

Cuando se drenó el valle de Hula en Israel en los años 50, los científicos pensaron que se había perdido para siempre.

Para verlas tienes que adentrarte en la densa vegetación, donde hay zarzamoras, que son espinosas, y después tienes que escarbar en el detritus en descomposición. Ir a buscarlas no es algo muy atractivo, describió Gafny.

Los investigadores describen la especie como sorprendentemente resistente y creen que es vital asegurar su futuro.

Los esfuerzos llevados a cabo para rehidratar partes del valle de Hula y para restaurar el hábitat original del anfibio podrían ayudar a garantizar su supervivencia.