El Independiente Santa Fe de Bogotá, uno de los principales equipos de la liga colombiana de fútbol, tuvo que jugar con un uniforme improvisado con camisetas pirateadas y compradas en la calle por haber viajado sin su uniforme de suplente.
El equipo del Santa Fe llegó a la ciudad de Tunja para su partido contra el Boyacá Chicó con su tradicional uniforme rojo.
Sin embargo, la nueva indumentaria de la oncena local, a cuadros anaranjados y negros, resultó demasiado parecida a la de los bogotanos, con lo que éstos, como visitantes, debían cambiar.
El problema estuvo en que viajaron sin su segundo uniforme y los locales se negaron a cambiar.
La primera mitad la jugaron con las camisetas grises de entrenamiento con los números dibujados con esparadrapo y sin el logo de sus patrocinadores.
En la segunda salieron de blanco, con el logo de su principal patrocinador pero sin el de la marca de ropa deportiva de su proveedor oficial: eran unas imitaciones que habían conseguido en la calle.