Un final de partido loco, con el 1-0 para el Ajax en el minuto 90 y el 1-1 para el Milán en un polémico penalti en el 94, transformado por el italiano Mario Balotelli, completaron el empate entre ambos equipos en Amsterdam, en un duelo con más y mejores ocasiones para el conjunto visitante.
No fue un desenlace inesperado por la igualdad final, sino por los goles, porque el encuentro entró en el último tramo con la sensación de un inamovible 0-0 hasta que un saque de esquina y un cabezazo de Stefano Denswill, libre de marca camino del balón, batió a Cristian Abbiati para poner el 1-0 a la espera del tiempo añadido.
El Milán apretó hasta el final. Se lanzó por un empate que parecía suyo minutos antes y que encontró entre las protestas rivales. En un balón aéreo, Balotelli se inventó un penal de la nada. De hecho, él agarró más a Mike Van der Hoorn, pero el árbitro Jonas Eriksson apreció lo contrario. Pitó la pena máxima en el 93.
En el 94, el atacante italiano, con calma y precisión, batió a Cillesen, el mismo portero con el que se había estrellado en dos fenomenales ocasiones en el segundo tiempo: en la primera, un tiro con efecto, el guardameta tocó lo justo para despejarla al larguero; en la segunda le sacó otro tiro con una buena estirada.
Fue el primer borrón de la temporada en casa para el Ajax, mejor en la primer parte que su rival, pero dominado por su adversario en la reanudación, y un empate valioso para el Milán, que, sobre todo por el juego que desplegó en el segundo tiempo, ya atisba el fin de su crisis de las últimas semanas, al enlazar otro marcador positivo.
Y eso que el Milán tiró toda la primera parte. Ni un solo disparo a portería, ni entre los tres palos ni fuera, conectó el conjunto italiano sobre la meta rival en todo el primer acto, en el que dejó la pelota a su rival para un monopolio del Ajax tan evidente como improductivo, salvo una acción de Sightorsson y un tiro de Fischer.