Zlatan Ibrahimovic aprovecha siempre la oportunidad para descargar toda su bronca contra Pep Guardiola, quien fue su entrenador en Barcelona. El libro Misterio Messi, de Sebastián Fest y Alexandre Juillard, explica dónde y cómo nació la furia del goleador sueco hacia el actual entrenador del Bayern Múnich.
A continuación, reproducimos fragmentos del episodio tal y como lo cuenta el libro:
Lionel Messi estaba molesto, quisquilloso. Y el que lo sufría, como siempre, era Josep Guardiola. De un momento a otro, el entrenador del Barcelona había entrado en tensión, incómodo en el primer asiento del autobús. El teléfono móvil acababa de vibrar y Guardiola escrutaba la pequeña pantalla con algo de desconcierto. ‘Mira esto’, le dijo a su íntimo amigo Manel Estiarte.
La lectura del breve SMS le produjo a Estiarte el mismo efecto que al ex 4 del Barcelona: sacudida, desconcierto y una breve risa incrédula. Sin decirse nada, los dos amigos se dieron cuenta del peligro de ese mensaje de texto que acababa de enviar el mejor futbolista del mundo.
España vivía el otoño de 2009 y el autobús encaraba el camino de regreso tras un partido de la Liga. Los que relatan el momento difieren en cuanto a las palabras exactas, pero coinciden en el espíritu del mensaje de texto que el argentino le envió a su entrenador: ‘Bueno, veo que ya no soy importante para el equipo, así que’.
El argentino quería jugar de ‘9’, puesto que ocupaba Zlatan Ibrahimovic. La “¿amenaza?” de Messi a su entrenador se refería a su descontento de jugar como extremo, y al parecer surtió efecto en el equipo. “A la siguiente temporada, Ibra estaba fuera del Barça. ¿Había vuelto Messi a ganar desde el silencio? El sueco cree que no: ‘Todo empezó bien, pero después él comenzó a hablar’, explicaría años más tarde el delantero, durante una entrevista con la CNN. ‘Messi quería jugar en el medio, no de extremo, por lo que el sistema cambió de un 4-3-3 a un 4-5-1. Yo fui el jugador sacrificado y ya no dispuse de la libertad en el campo que necesito para tener éxito’, reveló.