El serbio Novak Djokovic, número uno del mundo y defensor del título, apabulló al español David Ferrer, por 6-2, 6-2 y 6-1, para alcanzar por cuarta vez, tercera consecutiva, la final del Abierto de Australia.

Tras una gran demostración de poderío, Djokovic se enfrentará en la final contra el ganador del encuentro de mañana viernes entre el suizo Roger Federer y el británico Andy Murray.

En una perfecta ejecución de tenis dominante, con misiles en vez de golpes, Djokovic destrozó las fuerzas de Ferrer, que acabará el torneo no obstante como cuarto jugador del mundo. Su dominio en el décimo quinto duelo entre ambos (ahora 10-5 para el serbio) fue brutal, en una magnífica demostración de agresividad y control.

Ferrer sabía que para tener opciones de victoria debía prolongar el duelo lo más posible. Djokovic no lo permitió, estuvo intratable, sin conceder ni un solo punto de rotura, y rompiendo el servicio del español cuando quiso, en siete ocasiones, para sentenciar la contienda en algo más de hora y media.

LISTO SEA QUIEN SEA EL RIVAL Esto solo puede ser positivo para mi confianza, ganar de esta manera en semifinales ante el número cuatro, un jugador al que respeto tanto, dijo Djokovic.

Ahora tengo dos días libres antes de la final, que es tiempo suficiente para recuperarme y estar listo, añadió el número uno del mundo.

Va a ser un gran partido, sin dudas. Son grandes rivales, de los mejores jugadores del mundo. No pondría a ninguno como favorito, voy a estar listo sea quien sea el rival, dijo Djokovic, que admitió que analizará el partido también a nivel táctico y estratégico, más allá de disfrutarlo como espectador.

Pero amo al tenis, el tenis es mi vida. No soy sólo jugador, también fan de este deporte. Me gustan los grandes partidos, así que cuando Federer y Murray juegan, me gusta verlos, finalizó.