“Soy Ángela Leyva. Juego en la selección. Tengo 16 años y estoy en cuarto de secundaria”. Así se presenta nuestra matadora, con una tranquilidad que se contrapone a todo el coraje con la que la hemos visto jugar con la camiseta peruana en el pecho.

La mejor atacante opuesta del Mundial Sub 18 de Tailandia- es hoy el referente nacional. Pero pocos saben del esfuerzo de esta humilde chica para llegar hasta donde ha llegado. Pocos saben que de pequeña practicaba básquet y que finalmente prefirió el vóley, para alegría de ella y de la nación entera.

En el colegio practicaba básquet y me descubrieron para el vóley, cuenta en un reportaje del Ministerio de Educación. Así, empezó a pegarle al balón desde lo más alto de la net. Al principio no sabía y hasta ahora me siguen cayendo pelotazos, asegura.

La historia con la blanquirroja se inició en el 2009. Con solo 13 años veía entrenar a la selección de menores que dirigía Hernán Artieda en la cancha de la Videna y ella quería estar ahí. Con Humberto Terrones, su primer técnico en la selección, aprovechaba cada pausa del equipo de Artieda y se metía a la cancha para aprender.

Así, paso a paso fue avanzando. Segunda en el Sudamericano Infantil de Uruguay en el 2011, segunda en el Sudamericano Juvenil del 2012 y campeona sudamericana en el de menores del año pasado. Tenemos a una jugadora de élite, que cambió las canastas del básquet por los mates y saques punto.