El estadounidense Lance Armstrong admitió que está en terapia y aseguró que desearía volver a competir porque cree que no merece la pena de muerte que se le ha impuesto.

En una segunda parte más personal de la entrevista con Oprah Winfrey, emitida el viernes, y tras la confesión de doping vista el jueves, aseguró que le pone enfermo ver al Armstrong que hablaba de las personas que confiaban en él.

Ese tipo se sentía invencible. Sigue allí. No voy a decir Estoy en terapia y me siento mejor. Está aún ahí. ¿Es necesario que siga existiendo durante el proceso? Sí. El ex campeón de siete Tours de France, habló en ese momento de sí mismo en tercera persona.

Estoy en terapia, he tenido una vida desordenada, no hay excusa, pero esto va a ser un proceso largo, dijo al revelar que lleva años haciéndola esporádicamente, pero admitiendo también que la requiere de forma continua. Soy el tipo de persona que la necesita constantemente, reconoció.

Estoy enfrentándome a mis demonios, es un proceso, el principio del proceso… Me siento desacreditado, por supuesto, humillado y avergonzado, dijo sobre su confesión.

El primer momento humillante fue cuando la firma de artículos deportivos Nike le llamó para decirle que lo dejaba de lado, pero el peor momento, el más humillante fue tener que dar un paso al costado de la fundación de ayuda contra el cáncer Livestrong que él ayudó a fundar debido a las acusaciones de doping.

Lo último que pensé es que la fundación también me dejaría, señaló el ex ciclista de 41 años sobre Livestrong, a la que considera su sexto hijo.

EL MOMENTO MÁS EMOTIVO Precisamente hablar de sus niños generó el momento más emotivo de las dos horas y media de entrevista entre el jueves y viernes. El ex ciclista casi lloró y tuvo que interrumpir su discurso al hablar de cómo su hijo Luke, de 13 años, le defendía en las redes sociales sin preguntar si eran ciertas las acusaciones.

Hay muchas dudas sobre la carrera de tu padre. Quiero que sepas que son ciertas. No me defiendas más, le dijo a su hijo.

Sobre su madre, aseguró que está destrozada, pese a que lo disimula ante él.

LE GUSTARÍA REGRESAR Aseguró que le gustaría regresar al deporte para correr, por ejemplo, un maratón, porque es un competidor.

Pero no puede por la sanción de por vida que le impuso en octubre del año pasado la USADA (Agencia Antidoping de Estados Unidos). Creo que lo merezco (competir de nuevo), dijo al comparar su sanción con la de otros ciclistas dopados, que es mucho menor.

Merezco ser castigado, pero no estoy seguro de que merezca tanto, de que merezca una sanción tan dura, dijo sobre una suspensión que calificó de pena de muerte. No estoy diciendo que sea injusta, pero es diferente.

PÉRDIDAS ECONÓMICAS Sobre su situación financiera, aseguró que ha perdido ingresos futuros y que 75 millones de dólares al día en patrocinios se han ido. Probablemente no volverán, dijo.

No es un buen momento en mi vida, pero no es la peor parte de mi vida, no se puede comparar con el diagnóstico (del cáncer que sufrió), el 50/50 (de posibilidades de vida). Eso marca la medida. Esto está cerca, pero soy optimista.

¿Todo esto le ha hecho mejor persona?, le preguntó Winfrey. Sin duda, dijo Armstrong. Cuando me diagnosticaron el cáncer fui mejor persona, más listo. Luego, perdí mi camino. Esta es la segunda vez. No puedo perder el camino de nuevo.

Winfrey concluyó la entrevista con la frase que le dijo a Armstrong su ex mujer Kristin en 2009: La verdad te hará libre.