Le han dicho desde pulmón hasta ídolo. Edwin Retamoso, ni tan joven ni tan caro, fue una de las figuras ante Ecuador. En un principio nadie lo tenía en sus planes. De hecho, cuando se conoció su inclusión en el once titular la hinchada se quejó. Se pedía a Lobatón en lugar del hombre de Abancay para reemplazar al lesionado Cruzado. Pero el fútbol es así. Retamoso destacó y terminó siendo el mejor de Perú en la victoria con un porcentaje de 49% gracias a un total de 5395 votos a favor en nuestra encuesta.
Pero, ¿qué hizo Retamoso para ser figura? El jugador de 31 años fue enviado a la primera línea de volantes en el esquema (4-3-3) de Markarián. Jugó del clásico volante ancla que todo equipo requiere, en diferentes circunstancias, para dar equilibrio a su juego en lo defensivo. Ayer Retamoso jugó de volante, pero por momentos fue central y hasta lateral. Lo destacable es que resolvió con sabiduría las veces que cambió de sector. Tuvo un despliegue notable.
Lo de Retamoso sorprendió. Tuvo una actuación superlativa. Debe haber robado, como mínimo, diez balones claves. Muchos de ellos en contragolpes a velocidad de los ecuatorianos. Lo destacable del futbolista de 31 años es, además, no haber desentonado en una competencia mucho más exigente que el torneo peruano e incluso que la Libertadores. Ayer terminó de confirmar que es un jugador de competencia: superó el miedo escénico y la responsabilidad que implica jugar Eliminatorias. Y eso es meritorio.
Jugadores como Retamoso son los que la selección necesita. Lo que corre, lo que mete, lo que quita, lo que juega. No será un ‘fantástico’, no valdrá millones (solo 225 mil euros según “Transfermarkt”) pero es un obrero que, un poco más tarde que temprano, empieza a construir su propia historia con la bicolor. Alguna vez el prestigioso entrenador Marcelo Bielsa lanzó una frase al aire: “El fútbol es todo lo que usted quiera, pero al menos para mí es, sobre todo, una cuestión de actitud”. La reflexión pinta de cuerpo entero al jugador de Garcilaso, que este año ha disputado 23 partidos (con su club y la selección), de los que jugó 90 minutos en 21 de ellos.
“El cansancio se va de lado cuando uno tiene que jugar por su país”, dijo ayer Retamoso, oriundo de Abancay. Exitoso hasta para declarar. Se ganó al público a puro sacrificio. Alguna vez hizo lo mismo Roger Serrano (23 de julio de 1970) entre los años 96 y 2000. Era el volante ancla de Oblitas y venía de un equipo de altura: Cienciano. Retamoso ya no juega en el ‘Papá’. Cambió a Garcilaso para jugar la Copa y destacó. Hoy es el 6 de la selección porque Balbín y Ballón están lejos de su mejor nivel y ‘Toño’ Gonzales pega más de lo que juega. Retamoso es el nuevo Serrano. Eso sí, es una versión mejorada. O al menos eso demostró ayer. A los 31, Retamoso recién empieza a vivir sus años mozos.