El ‘Ciego’ siempre lo vio todo claro. Desde el sector izquierdo de la cancha, con el buzo de entrenador o con el terno para la labor dirigencial. Juan Carlos Oblitas es un personaje estelar en la historia del fútbol peruano. Como futbolista tiene un CV de lujo: campeón de la Copa América, dos veces mundialista y habitual integrante del once ideal de la bicolor de todos los tiempos, según la mayoría de hinchas y expertos. Además, el actual director deportivo de la Federación Peruana de Fútbol ostenta un récord a nivel local: es el único que logró títulos como futbolista y después como técnico del mismo equipo, con dos diferentes clubes.
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Así es. El zurdo mollendino se consagró por partida doble con Universitario y Sporting Cristal. Con goles y apuntes tácticos innovadores. Crack en todo sentido. Pero, ¿qué color de camiseta le quedaba mejor al ‘Ciego’? ¿Con la crema del equipo de sus amores? ¿Con la celeste que le permitió crecer a nivel profesional?
Crema de mi vida
Llegó a la ‘U’ casi de accidente. En 1967, recién llegado a Lima desde su natal Mollendo, Juan Carlos solía ir a jugar fulbito en una cancha del distrito de Miraflores. Y a los 16 años se presentó al club crema. Le hicieron las pruebas y de inmediato lo aceptaron en el equipo juvenil. En 1969, con 18 años, debutó en el primer equipo crema en un partido ante Atlético Grau.
“Cuando llegué al vestuario, no podía hablar de la emoción. Veía de cerca a mis ídolos Héctor Chumpitaz, Roberto Chale, Luis Cruzado, José Fernández y Ángel Uribe, entre otros, a quienes hacía poco aplaudía desde la tribuna y eso era increíble”, confesó alguna vez Oblitas, hincha confeso de Universitario.
Con atacantes del nivel de Percy Rojas, Héctor Bailetti y ‘Cachito’ Ramirez, el ‘Ciego’ tuvo que esperar su oportunidad. Igual, disputó partidos decisivos de la Copa Libertadores de 1972. Recién en 1973 se adueñó del titularato. Con la crema ganó los títulos de 1969, 1971 y 1974. Al año siguiente, volvió a brillar en la Copa Libertadores y la ‘U’ se quedó a un punto de volver a disputar la final. Pero Oblitas se sacó el clavo con la selección, logrando el título de la Copa América. Ya estaba listo para dar el gran salto. Elche de España y Veracruz de México fueron sus siguientes estaciones.
De azul a celeste
En 1977, Sporting Cristal apuesta a lo grande. Y el capital de la cervecería sirvió para fichar a algunos de los mejores jugadores del país. Así, llegaron junto a Oblitas, otras emblemáticas exfiguras cremas de la talla de Percy Rojas, Héctor Chumpitaz, Rubén Toribio Díaz, Oswaldo ‘Cachito’ Ramírez, Carlos Carbonell, Julio Aparicio y Hector Bailetti.
“Ahí se empezó a dar una rivalidad por el tema de que muchos exjugadores de la ‘U’ pasaron a Cristal, aunque muchas veces la transferencia fue indirecta. Universitario pasaba por una crisis económica y no podía pagar los sueldos con normalidad”, explicó el ‘Ciego’.
En La Florida estaban Ramón Quiroga, José Navarro, Roberto Mosquera y Alfredo Quesada, quien siguió siendo el capitán a pesar de la llegada del mítico ‘Chumpi’. Cristal, que usaba camisetas azules por esas épocas, no pudo impedir el bicampeonato (1977-1978) del Alianza de Teófilo Cubillas, César Cueto y Hugo Sotil. Pero el equipo cambió de ‘look’ y volvió al tradicional celeste: así despertó y logró los títulos de 1979 y 1980. Sin embargo, ese gran equipo no pudo ofrecer buenas campañas en la Copa Libertadores.
Allí, Oblitas aceptó la propuesta del Seresién, que disputaba el ascenso de Bélgica. Y junto a su ‘compadre’ Percy Rojas ganaron el ascenso a la Primera División en 1982.
El primer amor
Con 34 años, Oblitas decide retornar a su primera ‘casa’ en 1984. Se puso el cintillo de capitán y un año después lideró a su equipo hacia la obtención del título nacional. La ‘U’ tenía un equipo de lujo con los seleccionados Leonardo Rojas, Javier Chirinos, Samuel Eugenio, Hugo Gastulo y Luis Reyna, quienes, junto al ‘Ciego’, integraron aquella mítica selección que por poco clasifica al Mundial de 1986 frente a la Argentina de Diego Maradona. Ricardo Gareca arruinó la fiesta con un gol.
El 27 de diciembre de 1985, el gran atacante colgó los chimpunes a estadio lleno. Dio una asistencia para el gol de Miguel Seminario, que selló el 1-0 ante Alianza. Y fue paseado en hombros ante una hinchada que lo reconocía como ídolo.
Casi de inmediato, tras un breve paso dirigiendo a selecciones juveniles, Oblitas fue presentado como director técnico de la ‘U’ para la temporada 1987.
“En realidad, yo empiezo a dirigir en Bélgica. Seresién había ascendido a Primera División y me suspendieron por tres fechas. Y tras la salida del entrenador, los directivos del club me pidieron que asuma el cargo momentáneamente, porque en esa época no se necesitaba del título profesional. Tenía 33 años y mi primera charla técnica fue en francés. Ganamos, empatamos y perdimos en esos tres partidos. Me ofrecieron seguir como jugador y técnico, pero no acepté”, recordó Oblitas en una charla con Movistar Deportes, en 2016.
Oblitas se puso el buzo crema y logró el título en el año de su estreno, dirigiendo a varios de sus excompañeros. Y su equipo ofreció una aceptable campaña en la Copa Libertadores de 1988: avanzó a la segunda ronda, pero quedó eliminado por el poderoso América de Cali. Ricardo Gareca arruinó la fiesta con dos goles. Después de su paso por la ‘U’, se dedicó de lleno a los estudios y viajó al Mundial de Italia 1990 para analizar las innovaciones tácticas.
Aquella máquina
En 1991, Oblitas vuelve a Sporting Cristal en calidad de entrenador, listo para aplicar sus conocimientos. Apostó por un líbero que tenga mucho fútbol -al estilo del campeón Alemania, que sorprendió al retroceder a Lothar Matthaüs- y ubicó allí al exdelantero Claudio Pedraglio. Y con jugadores experimentados como Leo Rojas, Julio César Antón, Franco Navarro, Horacio Baldessari y Eugenio La Rosa, entre otros, no tuvo problemas para consagrarse campeón nacional.
El ‘profe’ hizo una pausa y trabajó como asistente de Vladimir Popovic, en una de las más pobres selecciones de la historia. De lo malo también se aprende. En 1993 regresó al Cristal para conformar un auténtico equipazo. Los jóvenes Roberto Palacios, Flavio Maestri, Germán Pinillos, Nolberto Solano y Julio Rivera y los ‘pesos pesados’ Julio César Balerio, Marcelo Asteggiano, Pedro Garay y Julinho hicieron historia en el bicampeonato 1994-1995.
“Creo que fue el mejor equipo que me tocó dirigir, en cuanto a expresión futbolística. Y eso siempre se vio reflejado en el campo. El equipo fue una ‘maquinita’ y por eso se le recuerda como la ‘Máquina celeste’. En 1994 anotamos 112 goles en 38 partidos y logramos campeonar con mucha anticipación. Ya con Sergio Markarián, algunos de esos jugadores llegaron a disputar el título de la Copa Libertadores en 1997”, declaró Oblitas.
En resumen, como jugador mejor le fue a Oblitas con la ‘U’. Pero como entrenador, sus mejores momentos fueron con Cristal.
Después llegarían sus experiencias con la selección y su recordada campaña en las Eliminatorias para Francia 1998, su paso por Alajuelense de Costa Rica (2003), San Martín (2004) y el título con LDU en Ecuador (2005), para retornar a Cristal (2007-2009), antes de asumir labores dirigenciales en la FPF, siempre con acierto. Así, ‘clasificó’ a su tercer mundial.
“Ah, caramba. No me había percatado”, nos dijo Juan Carlos Oblitas, al comentarle de su récord como campeón en calidad de jugador y técnico de dos equipos diferentes. Y claro, también lo saludamos por su cumpleaños número 70. Sí, el ‘Ciego’ es un grande de la historia de nuestro fútbol.
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