Ayer, en el marco del Día de la Mujer, se llevó a cabo el conversatorio “El emprendimiento es nuestro: las mujeres cambian la cara del emprendimiento en el Perú”, que contó con la participación de María Pía Palacios, presidenta del directorio de Caja Arequipa y Tita Zúñiga, jefe de Proyectos Especiales de la Universidad del Pacífico Emprende UP, donde se discutió sobre el perfil crediticio de las mujeres y los principales problemas que estas tienen para obtener un financiamiento.
Por un lado, Palacios anotó que en el país, las mujeres tienen menores índices de moras que los hombres pues consideran su historial crediticio como un activo invalorable que no pueden perder. Además, agregó que si algo positivo ha traído la pandemia en el tema de emprendimiento, ha sido el incremento de mujeres en el mundo empresarial, pasando de ser el 46% antes de la pandemia a 54% en la actualidad.
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Según un estudio del Instituto Peruano de Economía (IPE), el 70% de microempresas son lideradas por mujeres, sobre todo en los sectores comercio y servicios, acotó Palacios y la media del crédito en este segmento es de S/ 2.700. “Tienes a más mujeres emprendiendo y siendo incluidas en el sistema. Ha sido lento pero va caminando”, añadió.
Desde el lado académico, Zúñiga acotó que un estudio sobre emprendimiento femenino realizado por la Universidad del Pacífico en el 2018 que analiza factores por los que a la mujer le cuesta emprender, reveló que estas tienen más miedo al fracaso además de que su rol en la familia toma mayor relevancia, por encima de su desempeño profesional.
Otro factor importante que se desprendió del estudio, es el de los programas de apoyo público al emprendimiento femenino, donde el Perú cuenta solo con 3 de 51, de los cuales, según la especialista, ninguno funciona actualmente.
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“Desde la universidad empujamos justamente este tema. Crecieron un montón los programas de apoyo privados y saltó el “¿cómo podemos ayudar a todas las mujeres?” El tema de la digitalización es importante, hemos crecido pero estamos a años luz con un competidor como Chile”, reconoció.
Zúñiga explicó que existen dos tipos de emprendimiento, el que es por oportunidad y el emprendimiento por necesidad. A su entender, este último no puede adquirir financiamiento porque no tiene un respaldo económico, o porque no cuenta con el apoyo de la pareja quien tiene que firmar los documentos para el crédito.
Sobre ello, Palacios comentó que el empoderamiento se ve desde la educación financiera y son programas como “Supérate Mujer”, los que ayudan a las mujeres cuyos cónyuges no apoyan su emprendimiento.
“Supérate Mujer tiene colocado, a diciembre del 2022, S/ 60 millones y 25 mil usuarias activas. Está en microempresas y después acompañamos a la clienta que crece. Tenemos casos de clientas que comenzaron siendo ambulantes y ya tienen cinco locales”, detalló.
Explosión de lo digital
El pasar por la pandemia impulsó a las personas a tener una mayor conexión con el mundo digital y esto creó mayor inclusión por ejemplo, a través de capacitaciones en plataformas virtuales, afirmó Palacios.
Estos canales, además, han ayudado en los tiempos actuales de crisis en el sur del país, donde muchas ciudades tienen cerradas todos los establecimientos de entidades financieras.
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“Ahí vienen los canales digitales, podemos hacer el 97% de nuestras operaciones por estos canales. Incluso la evaluación de crédito. Fuimos la primera empresa que registró pagarés digitales en noviembre pasado. Esta diversificación de canales y la explosión en el uso digital nos permite acompañar a nuestros clientes, a pesar de la crisis”, destacó.
Emprendedoras en el sector rural
En el mundo rural el 48% de los hombres tienen ingreso propio, es decir, generado por ellos mismos, mientras que las mujeres con ingreso propio son solo el 13%. Es por ello que acceder al financiamiento es más difícil para ellas, explicó Palacios.
Al hacer una comparación más estricta, comentó que en el ámbito rural se tienen líneas de crédito distintas a las urbanas como la línea de crédito agrícola porque ese es, generalmente, el tipo de financiamientos diferenciados que buscan, y es diferente a financiar, en el ámbito urbano, a una mujer con un puesto en un mercado.
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Zúñiga resaltó que en el área rural existe más el emprendimiento por necesidad, mientras que en el urbano se encuentra más el emprendimiento por oportunidad, con las startups tecnológicas o empresas de rápido crecimiento con componente innovador, tecnológico y que puede adquirir financiamiento.
“Vas a ver que muchos de los empresarios por necesidad les falta la parte de facilitarles la innovación, la tecnología. Ahí es donde uno debe entrar apoyándolos con capacitación”, dijo.
¿Cómo mantener el historial crediticio?
Para Zúñiga, el tema de la capacitación y el ahorro es importante. “El emprendedor está buscando financiamiento todo el tiempo, pero una vez que tiene el dinero se compra un auto porque no sabe que hay instrumentos con plazos para que, de acuerdo con su flujo, lo puedan tomar y hacer el pago”, ejemplificó.
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Por ello, anotó que es importante la educación y seguir mostrando qué tipos de financiamientos existen a los que pueden acceder.
Por su parte, Palacios recordó cómo durante la pandemia se refinanció el 70% de la cartera para ahora quedarse con solo un 4%.
“El microempresario, una vez que logras que pase el bache, sale. Son flujos muy cortos, como el que estamos pasando en el sur ahora, donde se tiene una casuística diferente al centro y al norte y donde el Estado, a través de la Superintendencia de Banca y Seguros ha otorgado refinanciamientos, ya no pasivos como en la pandemia, sino con una evaluación caso por caso”, agregó.
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