La Pastelería San Antonio, con ocho locales en la capital, ha sido una de las empresas que obtuvo reconocimiento durante la pandemia cuando anunció que, a diferencia de otras empresas, en medio de la dura cuarentena por el COVID-19 regalaría su mercadería a sus trabajadores, pagaría utilidades y los sueldos completos en marzo del 2020.
Rubén Sánchez, CEO de la cadena, cuenta además que no despidieron a ningún empleado y que, por el contrario, hoy tienen a 700 trabajadores en su planilla, ante la apertura de nuevas tiendas. Hoy tienen ocho locales.
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No obstante, hoy la situación vuelve a tornarse gris, con la abrupta inmovilización social decretada por el Gobierno ayer, casi a medianoche, que no solo genera cuantiosas pérdidas económicas sino que generó zozobra en los trabajadores de San Antonio, quienes a esa hora preparaban los panes, pasteles y otros productos que se venderían al día siguiente y que a la hora del anuncio se encontraban laborando, como cada día, en la planta de San Miguel. El ejecutivo cuenta su posición respecto a esta medida, cuánto impacta en el proceso de recuperación económica de la cadena y los efectos en el empleo.
- ¿Cuál es su opinión respecto a esta medida de inamovilidad y cómo está impactando en la operación de San Antonio?
Yo creo que es una medida desproporcionada, desconectada de la realidad. Haber tomado una medida tan impulsiva para controlar una situación que pudieron manejar las fuerzas del orden ha sido excesivo, incluso con tintes políticos. En cuanto al efecto para la cadena, lo principal ha sido la incapacidad de abrir las tiendas y vender, más aún en el contexto actual, de encontrarnos en fase de recuperación. Nosotros tenemos diversos compromisos como las cuotas del crédito Reactiva.
Además, al haber tanta informalidad en el gobierno, lo que más nos preocupaba era que esta medida se pudiera extender, que sea mañana, pasado y quién sabe cuántos días más. Esto sería trágico, y nos haría evaluar nuestro nivel de obediencia [a esta disposición] o tomar otras medidas.
“El incremento del costo de los insumos ha sido importante, pero esto no lo puedes trasladar al precio final al cliente. Tuvimos que ser muy cautos y hemos sacrificado márgenes. En el último año, el margen se contrajo entre 10% y 12%”.
- ¿A qué se refiere con tomar otras medidas?, ¿a abrir los locales de igual forma?
No sé si abrir las tiendas porque sería una afrenta a la disposición, pero sí atender por delivery, por ejemplo, como hicimos durante la pandemia y que no promueve lo que el estado teme que suceda [violencia o posibles saqueos]. Pero no podríamos aguantar mucho tiempo cerrados, es un contexto diferente al de la pandemia, estamos en una crisis social que debería ser manejada con las fuerzas del orden.
- En sus redes sociales criticó que por el toque de queda intempestivo muchos trabajadores de San Antonio se vieron afectados al no haber pases laborales o salvoconductos para el regreso a sus casas.
Así es. Eso nos molesta, nos indigna. El pan se elabora en la noche, por lo que había varios panaderos que se quedaron atrapados. El presidente habló casi a las 12 de la noche, en ese momento muchos estaban trabajando en la fábrica o alistándose para salir. Si a esa hora es difícil alcanzar transporte público, con la inmovilización y el ambiente de zozobra fue mucho más, por lo que dispusimos de nuestros recursos- contratando taxis y buses- para que lleguen bien a sus hogares. Tenemos muchos trabajadores que viven cerca a nuestra fábrica (en San Miguel) pero hemos tenido que llevar a otros hacia Lurín, Ventanilla y otras zonas más alejadas, por lo que el último de los trabajadores llegó hoy día a las 8 a.m. en su casa, sano y salvo.
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- ¿Cuántos trabajadores estuvieron en esa situación?
Fueron 150 personas, que trabajan en el turno noche en la planta de San Miguel, que suele ser un lugar céntrico, pero con la escasa disponibilidad de transporte y la inseguridad, había preocupación. También por el lado de sus familias, así que lo más importante era que hubiera calma, fue todo muy abrupto.
- El mensaje a la Nación se dio casi a medianoche, para esa hora los restaurantes ya tienen su capital de trabajo invertido para el día siguiente, ¿a cuánto ascienden las pérdidas económicas de San Antonio con esta inmovilización?
Entre S/350 mil y S/400 mil de pérdidas por este día de cierre, en toda la cadena [cuentan con ocho locales]. Hay muchas cosas que ya estaban listas, además de los ingredientes en proceso de convertirse en un producto terminado. Hay cosas que no se ven, pero las cuentas las tenemos que seguir pagando: agua, teléfono, proveedores, Internet, gastos que se suman a las pérdidas de comida. Todo esto también afecta a nuestros trabajadores, a quienes se les paga por día trabajado. Y un día sin venta pone en jaque a los puestos de trabajo de la gente.
- ¿Cuántos trabajadores laboran en toda la cadena?
San Antonio tiene más de 700 trabajadores, incluso tenemos más personal que antes de la pandemia porque abrimos nuevos locales y ninguno se quedó afuera, a pesar de un contexto tan complejo como la pandemia.
- ¿Este escenario podría frenar la recuperación económica y las posibilidades de contratar más personal en el corto plazo, a pesar de que se flexibilizaron las restricciones por COVID-19?
En el corto plazo, sí. Si dejas de trabajar un día, no produces y no puedes pagar la cuota altísima de tu crédito más importante, que en nuestro caso es Reactiva. Otra de las pérdidas se reflejará en cuanto a que nuestro mayor miedo es que esto se pueda prolongar. En ese caso, la pérdida no se puede calcular porque no sabemos cuánto pueda durar esto. Hay muchos rumores de que esto es flor de un día, pero hay otros de que será por varios días ante la incapacidad de controlar la crisis.
- ¿Y a nivel de contratación de personal?
Hay cautela. El gobierno está generando desconfianza en el empresario, ha habido incrementos en algunos insumos, también el alza del sueldo mínimo que ha impactado en el costo de las empresas. Si tienes un estado que no te garantiza las condiciones para invertir, entonces es mejor esperar. Por lo menos esa es nuestra posición.
- Algunos ministros comentaron que existía la posibilidad de que se extienda la inmovilización social.
Son comentarios muy desafortunados. Y no solo ese, han hecho comentarios desafortunados acerca de que “no creen que [la gente] se quede sin comer porque es un día”, cuando la mayor cantidad de gente que deberá estar confinada en sus casas son personas que ganan para el día y compra alimentos para el día.
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- Si bien este toque de queda afecta a los negocios, ya los restaurantes tenían una afectación, sobre todo en los últimos meses, ante el incremento de precio de algunos insumos. ¿En cuánto se agudiza el efecto en sus márgenes?
Claro, el incremento del costo de los insumos ha sido importante, pero esto no lo puedes trasladar al precio final al cliente. Si yo incremento precios, ya no vienen, no van a poder asumirlo. Tuvimos que ser muy cautos y hemos sacrificado márgenes.
"Esta medida ha afectado a mucha gente que no ha estado preparada para este cierre y que ganan día a día"
- ¿En cuánto?
Yo diría que, en un año, el margen se contrajo entre 10% y 12%.
- Aunque ya pertenecen a una de las asociaciones de restaurantes, ¿ha pensado agruparse con otros negocios similares o empresarios para exponer sus problemas o propuestas como sector ante el Ejecutivo?
Ya pertenecemos a algunos gremios, son muchos gremios de restaurantes. A través de ellos estamos esforzándonos para llegar a las autoridades, ejercer presión para que observen los efectos de sus decisiones y para que el Estado voltee a ver nuestras necesidades. Yo pertenezco a la Asociación de Propietarios de Restaurantes (Aprores).
- ¿Qué le pedirían al presidente, más allá de las decisiones que se tomen en las próximas horas?
Lo que le pediríamos es que reflexione sobre el impacto de sus decisiones. Tiene sentido evaluar cómo cuidar a la población de la delincuencia, pero no tiene sentido cuando se toma una decisión sin matizar otros elementos como la salud financiera de la población.
Esta medida ha afectado a mucha gente que no ha estado preparada para este cierre y que ganan día a día. Además, pedimos que reflexionen respecto a las finanzas de las empresas, uno de los problemas que tenemos es que Reactiva está generando una presión muy fuerte en un contexto como este, las condiciones del crédito no se han flexibilizado y hay muchas empresas que han entrado en default, con riesgo de salir del mercado.
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