jULIO ESCALANTE
El primer paso para saber que tan viable es una idea de negocio es contrastarla con los hechos. Hay que estudiar el sector y la competencia y si la idea no existe en el mercado hay que preguntarse por qué. Quizá no sea muy buena o quizá alguien ya lo intentó antes y no le fue bien.
Lo siguiente es hablar de la idea. Contarla a quienes puedan ser posibles clientes. Sus opiniones servirán para ajustar la propuesta a lo que ellos quieren. La idea debe enfocarse en cubrir una necesidad.
Julio Vela, coordinador del Centro de Innovación y Desarrollo Emprendedor de la PUCP, dice que un gran problema de los emprendedores es su falta de enfoque. “Deben considerar que el activo más importante de un empresario es su tiempo, y si no tiene claro lo que va a hacer, solo va a lograr frustración”, sostiene.
REGLAS DEL JUEGO No todas las ideas de negocios son oportunidades reales. El análisis debe tomar en cuenta desde capacidades personales hasta aspectos comerciales y financieros para llevar al mercado un producto o servicio.
Un aspecto personal para apostar por un negocio es asumir que uno debe dedicarle exclusividad porque no hay nadie mejor que uno para transmitir a los clientes y empleados la pasión que siente por lo que hace. “Lo ideal es que un emprendedor ahorre lo suficiente para asumir unos 6 meses sin ingresos. Si son varios socios entre todos pueden cubrir un horario en la empresa, pero si es el primer negocio los riesgos empiezan a aumentar”, dice Julio Vela.
Uno puede plantearse diversas hipótesis sobre la posibilidad de conseguir clientes, estar en el lugar correcto para llegar al público ideal o tener un modelo de verdad rentable, pero no hay que confiar demasiado en supuestos. La clave es encontrar la forma de probar esas hipótesis y llegar a conclusiones.
Algunos expertos recomiendan hacerse la pregunta de la viabilidad pero al revés: ¿Soy yo viable para la idea? Es decir, uno debe reflexionar sobre si tiene las capacidades y habilidades necesarias para llevar a cabo el proyecto deseado. Quién es el emprendedor o quienes integran el grupo que promueve la idea suele ser a veces lo más importante para un inversionista.
Y aunque no suele ser imprescindible, la mejor manera de aportar valor al mercado es emprendiendo en un sector que se conozca. Julio Vela dice que los emprendedores deben entender que cada negocio tiene sus reglas de juego particulares, y por eso es mejor comenzar en algo en lo que se tenga experiencia.
“Esto es especialmente válido para aquellos que nunca han hecho negocios”, afirma el especialista.