Con el sector floristero sumido en su más grande crisis, los mercados mayoristas cerrados y reuniones con proveedores en bancas de parque durante los meses de confinamiento obligatorio, Ethel Hernández y Guillermo Arbulú, socios de Chapa esa flor, lograron dar vida a su florería virtual en setiembre. Fueron nueve meses de incertidumbre y capacitación que les permitió construir la página web de la tienda y generar una red de aliados que ahora da valor a su marca.
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“No queríamos ser una estadística más. En Perú hay muchas florerías bien segmentadas para la mujer, pero queríamos una que sea para todos”, comenta Ethel.
Es verdad que no son un producto de primera necesidad, pero afirman que sí se han visto beneficiados por el distanciamiento social, pues ahora muchas personas optan por enviar una orquídea o arreglo de flores a sus familiares en grupos de riesgo, explica Guillermo. “El 90% de pedidos han sido de hijos a sus mamás que no pueden ver o de personas que quieren juntarse, pero no pueden”, relata Ethel.
Este es uno de los más de 52 mil emprendimientos digitales que han sido creados en los últimos seis meses, según la Asociación de Emprendedores Digitales. Algunos, por el tipo de servicio, se han visto fuertemente beneficiados. Y si bien este no es el mejor momento para emprender, en palabras de Gonzalo Rosello, presidente del Club de Emprendedores del Perú, es cierto que algunos de estos proyectos con componente tecnológico “tienen un viento a favor”.
“Hemos entrado en el mejor momento posible porque estamos agarrando esta ola de digitalización”, reconoce Gonzalo Chávez, cofundador de Kambista y ahora fundador de Lavabox, ‘start-up’ que brinda el servicio de lavandería a través de una app y casilleros instalados en los edificios, sin que el cliente tenga contacto con repartidores. Inspirado en un servicio que se daba en el extranjero, trabajan con partners de lavado y la firma se encarga de gestionar el servicio de lavandería.
“Desde agosto, operamos en siete edificios en Lima y hemos cerrado una alianza con V&V grupo inmobiliario, y todos sus edificios nuevos tendrán el servicio de Lavabox incorporado”, comenta. Prevén cerrar el año con 40 edificios en Lima.
“Nuestro objetivo es ser el ‘smart amenity’ de edificios residenciales en Lima. Iniciamos con lavandería pero la idea es ofrecerles un ecosistema de servicios, que le permitirá a las personas en edificios vivir de forma más fácil”, añade. Entre sus planes está incorporar el servicio de refacción de zapatos y elementos de cuero.
Un sentir similar es el de las fundadoras de iLaw, emprendimiento de asesoría jurídica digital enfocada en micro, pequeñas y medianas empresas, que empezó a operar un par de días antes de la cuarentena.
“Pensamos que sería complicado ganarnos la confianza de clientes de manera remota. Pero la pandemia nos ayudó a consolidar el servicio”, reconoce Deisy Castañeda. De hecho, Linda Antón, también fundadora, comenta que han duplicado su presupuesto de ventas en agosto.
La plataforma digital tiene a disposición del cliente una red de abogados en países de la región para recibir las consultas y actuar preventivamente. Al tener menos costos fijos, sus paquetes van desde los S/699 al mes. “Es como tener un abogado ‘in-house’ sin asumir el costo”, agrega Antón.
Sus expectativas son grandes considerando el alto grado de informalidad en el país y cuán desprotegido y poco asesorado está este sector productivo en el país.
“Del grueso de medianas y pequeñas empresas, solo 11% tiene un departamento legal. El resto, que es bastante considerable, no tiene área legal interna, según un estudio que hicimos; no lo tienen per se hasta que se les incendia la casa, o es de carácter esporádico. Buscamos entrar en ese mercado y esperamos crecer ahí. Más que crear más proyectos, queremos que esas medianas y pequeñas se queden con nosotros [y soliciten más servicios]”, agrega Antón.
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LOS CONSOLIDADOS
Aquellos negocios con componente tecnológico que se iniciaron años atrás han visto un fuerte impulso que los proyecta incluso a su internacionalización.
Williams Atahua, ingeniero ayacuchano que creó Virtual Pre, la primera academia preuniversitaria 100% virtual en el 2018, se prepara para el lanzamiento de una nueva versión de su plataforma con inteligencia artificial y prevé expandirse en la región en el 2022.
La iniciativa tiene como fin cambiar las oportunidades educativas y que los estudiantes tengan precios hasta 60% menores al mercado, señala. Pero con la pandemia, Atahya vio que las otras academias bajaron los precios y llegaron a estar hasta por debajo de sus tarifas. El diferencial, no obstante, en tiempos de tele educación es que sus años en el mercado aplicando la metodología gamificada, pizarras digitales y 17 docentes especialistas y familiarizados con estas clases virtuales respaldan su servicio.
“En el 2019, teníamos cinco mil usuarios; y ahora tenemos diez mil. Nuestros ingresos frente a años previos se han cuadruplicado”, recalca.
De otro lado, Carlo Mario Dioses, cofundador de Leasein, fintech de alquiler y leasing de laptops para empresas, naturalmente, vio la demanda repuntar cuando las áreas administrativas de las empresas optaron de lleno por el trabajo remoto.
“Tuvimos el pico más alto de pedidos porque universidades, bancos y seguros hicieron pedidos grandes. Hablamos de cien a doscientos equipos. Cerraremos el año creciendo 80% en ventas [...] Hace un año tenía solo una persona de marketing y hoy somos 10 personas”, detalla.
¿Cómo saber que cumplirán con el pago? El ejecutivo de Leasein resalta que no utilizan el típico esquema de evaluación bancaria, sino que se enfocan en el emprendedor y su evaluación a futuro. A la fecha, niega problemas con los pagos por parte de las empresas pequeñas o start-ups. De hecho, representan el 50% del parque colocado.
Lo siguiente será escalar de manera presencial a Piura y Arequipa, y llegar incluso a Bogotá, apunta Dioses.
RIESGOS LATENTES
Gonzalo Rossello, presidente del Club de Emprendedores del Perú, advierte que un emprendimiento requiere análisis meditado, y no debe ser fruto de una crisis. “Necesitamos emprendimientos que generen productividad, tengan data y se soporten en gente con experiencia”, opinó.
Por ejemplo, uno de los emprendimientos digitales incubados por dicha entidad y que ha tomado fuerza con la pandemia es el de ApoloCRM, que ayuda en la gestión comercial de las empresas. “Las empresas ahora se ven obligadas a administrar la gestión comercial considerando que conseguirán sus clientes digitalmente y los tendrán que administrar también digitalmente”, comentó.
En tanto, entre los pendientes para impulsar a estos negocios digitales, indicó que el Estado necesita simplificar las leyes tributarias y laborales para que empresas se formalicen y generen ingresos al fisco.