Después de haber sido aprobada por el Congreso, la industria editorial todavía aguarda la promulgación de la nueva Ley del Libro, que debería darse a más tardar este jueves 14 de octubre, por parte del Ejecutivo, para evitar un vacío legal donde los libros sí tengan Impuesto General a las Ventas (IGV).
Para Pedro Villa, director de Contenidos y Relaciones Institucionales de la Cámara Peruana del Libro (CPL), lo más importante de la ley son las acciones a las que se compromete el Estado y la promoción a la lectura, que se dará a través de las bibliotecas públicas.
“La ley es mucho más que los beneficios tributarios. Hay un marco muy amplio y completo de acciones del Estado, planteando acciones para todos los actores del ecosistema del libro, desde creadores y editoriales, hasta librerías, ilustradores o correctores. Desde el título y los objetivos se plantea a la lectura como un derecho y eso es un hito”, sostuvo.
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Editoriales universitarias
Sin embargo, precisó que el proyecto final no recogió la propuesta que tenían de dejar los libros con una inafectación permanente del IGV, y que las retribuciones tributarias en la producción e importación serán muy acotadas, lo que deja fuera a algunas editoriales universitarias.
“Solo pueden acceder las empresas de 150 Unidades Impositivas Tributarias (en ventas), lo que deja por fuera a una gran cantidad de empresas, desde pequeñas a medianas, incluidas las universidades. Si bien sus fondos editoriales son parte de la universidad, y la facturación se cuenta como un total, tienen un presupuesto generalmente limitado y juegan un papel importante dentro de la producción de libros académicos”, advirtió.
Debido a los meses en que los locales estuvieron cerrados, la mayoría de librerías y editoriales han registrado fuertes caídas en los niveles de venta. Hasta el mes de setiembre, la CPL estimaba que todo el sector tendrá 50% menos de ingresos este año. Por lo que, todavía es difícil avizorar planes de inversión.
No obstante, la nueva Ley que otorgará un periodo de predictibilidad de al menos tres años, lo que permitirá –según Villa- que se desarrollen algunas líneas de negocio en el sector editorial.
“Hay pocas editoriales dedicadas a libros infantiles que no sean del Plan Lector. Esto ayudará a que surjan nuevas editoriales, nuevas líneas de trabajo editorial, en todo sentido”, comentó.
Consideró que los principales cambios se deben a la pandemia. Por ejemplo, recordó que, en el Perú, la producción de libros electrónicos estaba en menos del 10%, por debajo del promedio de Latinoamérica, pero en los últimos meses se han producido cuatro veces más libros digitales, por lo que esperan un mejor posicionamiento más adelante.