El trabajo doméstico no remunerado que realizan hombres y mujeres en el Perú, en el cuidado y atención de sus familias, enfermos y ancianos, podría representar entre el 22% y 25% del Producto Bruto Interno (PBI), es decir unos US$50.000 millones al año.

Así lo señaló Ana María Yáñez, de la Asociación Manuela Ramos, quien señaló que ese porcentaje se ha calculado en función a estándares latinoamericanos y a los ensayos realizados en función de la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo del 2010.

Sin embargo, aseguró que en el 2017 deberá concluirse la valorización del trabajo doméstico en una cuenta satélite, que están preparando el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) y el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).

En el seminario internacional “Trabajo no remunerado y cuentas nacionales”, Yáñez explicó que el Estado debe proveer de mayores servicios en el cuidado de niños (cunas), enfermos y ancianos, para liberar esa fuerza de trabajo a favor del crecimiento económico del país.

En tal sentido, reconoció que del total de la fuerza laboral no remunerada podría incorporarse a la economía dos tercios de ese volumen.

MIRADA DESDE AFUERA Por su parte, la economista inglesa Diane Elson aseguró que existe una vinculación estrecha entre la labor doméstica no remunerada y la economía formal, porque en épocas de crisis, cuando el Estado reduce sus servicios o sus aportes sociales, son las familias las que asumen esos costos.

También advirtió que al no considerar el trabajo no remunerado en el análisis económico y en la definición de las políticas públicas, los países pueden afectar su recuperación económica en época de crisis.

En ese mismo sentido, la economista española María Ángeles Durán destacó la importancia de que los países cuantifiquen su trabajo no remunerado, porque ello les permitirá una mejor planificación y movilización de la fuerza laboral en beneficio del crecimiento económico del país.

De otro lado, en el seminario internacional se presentó el informe Trabajo no remunerado de las mujeres, que destaca que las damas trabajan tres veces más en tareas no remuneradas que los hombres y que el 53,8% de las mujeres participa en el mercado laboral del país y en caso de los hombres un 82,7%.