Una nueva jornada de protestas en contra del gobierno se llevó a cabo en diversas provincias del país, incluyendo la movilización de cientos de personas en el Centro de Lima. Los manifestantes exigieron la renuncia de la presidenta de la República, Dina Boluarte, la salida del gabinete ministerial y el cierre del Congreso. En algunos casos, también se sumaron pedidos adicionales vinculados al acceso a la educación y servicios básicos.
En horas de la mañana se conoció que en el distrito de Ilave, provincia de El Collao (Puno), ciudadanos aimaras de la zona bloquearon el Puente Internacional, como sucedió anteriormente en la ola de protestas a nivel nacional que estallaron tras el golpe de Estado de Pedro Castillo ocurrido el pasado 7 de diciembre. En El Collao, transportistas y comerciantes apoyaron la medida.
Unos cien kilómetros al noroeste, en la ciudad de Huancané, en la provincia homónima, pobladores también bloquearon el acceso al puente Ramis. Además de mostrar su rechazo hacia el gobierno, los puneños también resaltaron que buscaban justicia por los civiles que fallecieron durante las protestas de diciembre y enero último. En el puente se realizó una marcha acompañada por una banda.
Todo esto ocurría mientras en el Congreso de la República se presentaba una nueva moción de vacancia en contra de Dina Boluarte por la “permanente incapacidad moral declarada por el Congreso”, según indica la misma. Esto por “haber dejado el territorio nacional inconstitucionalmente” ante su cuestionado viaje a Alemania, Italia y Ciudad del Vaticano.
Medida generalizada
Lo ocurrido en Puno fue una de las primeras acciones de lo que fue una marcha nacional, convocada por el Comité Nacional Unificado de Lucha del Perú (Conulp) desde el pasado siete de octubre. Comités de diversas regiones -como Apurímac, Ayacucho, Cusco, Huancavelica- confirmaron su participación. En adición a esto, gremios como la Confederación General de los Trabajadores del Perú (CGTP) y otras agrupaciones sociopolíticas salieron a las calles.
Si bien a nivel regional las movilizaciones no fueron masivas, en la capital sí se reunieron diversas agrupaciones en lo que fue una marcha pacífica. Cientos de ciudadanos recorrieron la avenida Nicolás de Piérola, la plaza San Martín y la plaza Dos de Mayo. Si bien intentaron continuar hacia el Palacio Legislativo, la Policía Nacional del Perú impidió el acceso.
A las afueras de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco, un grupo de manifestantes se dispuso a realizar una vigilia y presentar un mural donde se recordaba a los fallecidos en protestas pasadas. Pese a ser un plantón pacífico, los agentes del orden retiraron a los presentes e impidieron que permanezcan en el lugar. A nivel de región, la Coordinadora Regional de las Bases Sociales de Cusco anunció que las protestas se postergarán hasta el 4 de noviembre.
Alertas previas
La Región Policial Lima promulgó un documento el miércoles 11 donde anunciaba que se había tomado conocimiento sobre la ‘jornada nacional de lucha’ anunciadas para ayer. Ante esto, la institución policial dispuso la “alerta absoluta” a partir de 00:00 horas del día 12 a todas las unidades de la Región, incluyendo unidades administrativas.
Por otro lado, la Dirección Regional de Educación Puno anunció que se concedió a los directores de las Unidades de Gestión Educativa Local (UGEL) y a los directores de las Instituciones Educativas en la región “para evaluar la situación [y] tomar las medidas pertinentes, incluyendo la suspensión de las labores educativas”.
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