Hace unos días, en conferencia de prensa, la jefa del Gabinete, Violeta Bermúdez, precisó que la vacuna del laboratorio chino Sinopharm, adquirida por el Estado peruano, corresponde a la cepa de Beijing, la cual, agregó, reporta un alto grado de eficacia.
Dijo esto luego de que la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH) revelara que se ha determinado, de acuerdo con los estudios realizados a los voluntarios que participaron en el ensayo clínico de Sinopharm en el Perú, que la vacuna de la cepa de Wuhan del COVID-19 “no mostraba resultados alentadores”.
Por su parte, la doctora Coralith García, jefa del ensayo clínico de la vacuna de Sinopharm en la UPCH, indicó que el informe preliminar difundido el último viernes en un programa de TV muestra que las dosis que usan la cepa de Beijing sí es efectiva para prevenir casos graves de la mencionada enfermedad. Destacó también que esta es la vacuna que se viene empleando en el Perú en el marco de la campaña de inmunización.
Lo cierto es que estas situación ha generado algunas dudas en la ciudadanía. A continuación tres preguntas en torno a la vacuna del laboratorio chino que buscan resolverlas:
¿Cuántas vacunas está desarrollando Sinopharm?
De acuerdo con el registro de la OMS, existen dos proyectos de vacuna que se encuentran en etapa clínica (prueba en humanos) en las que participa Sinopharm. Uno de ellos es en conjunto con China National Biotec Group Co. y el Instituto de Productos Biológicos de Wuhan; y el otro también con China National Biotec Group Co. y el Instituto de Productos Biológicos de Beijing.
¿Cuáles son las diferencias entre ambos productos?
Luego de que se detectara el SARS-CoV-2 en China, dos centros de investigación muy importantes en ese país iniciaron el aislamiento del virus. “El virus no solo se detecta por prueba molecular, sino que en el laboratorio se cultiva al virus, se le hace crecer. Ese es el ‘gold standard’ para la detección de un nuevo agente o causa de una enfermedad. A eso se le conoce como aislar el agente. En este caso, tanto en Beijing como en Wuhan, con aislados distintos, se crearon vacunas de diferente origen, pero con la misma tecnología, una bastante tradicional, que ya conoce todo el mundo. Es el mismo SARS-CoV-2, pero con aislamiento distinto”, explica el doctor en Inmunología Juan More Bayona.
¿Pero si son hechas casi de la misma manera, por qué tendrían resultados tan distintos?
Aunque pueden ser muchas las razones, no hay certeza aún de los motivos verdaderos. “Puede ser que una de las vacunas usa menos cantidad de virus que la otra; o cómo se ha realizado el proceso, porque si bien puede ser la misma técnica los procedimientos pueden variar. Y otra posibilidad es que el virus usado en la vacuna de Wuhan tenga características distintas al de Beijing, es decir, que sean variantes distintas. Si eso fuera cierto y la variante predominante fuera la de Beijing, la de Wuhan no funcionaría bien. Pero todo esto sería entrar en el terreno de la especulación”, señala More Bayona.