Verano es la época en que hay mayor concurrencia a playas y piscinas, por lo que hay más exposición a los rayos solares. Sin embargo, esta situación —sumada al uso incorrecto de bloqueadores y bronceadores— puede llevar a inflamaciones en la visión, causando dolor, ardor, enrojecimiento del ojo, intolerancia a la luz e, inclusive, secreciones oculares.
“La queratitis es una inflamación de la córnea (parte del ojo que permite el paso de la luz). Es frecuente, por ejemplo, ver casos de queratitis actínica en surfistas que pasan largas horas recibiendo el reflejo solar que llega al mar y rebota en sus ojos. Por eso, no es recomendable tener una exposición directa al sol por más de dos horas al día”, advierte Juan Carlos Corbera, especialista de Oftálmica Clínica de la Visión.
El médico oftalmólogo también indica que la mala aplicación de los protectores solares puede ser peligrosa. “La queratitis química también aparece con regularidad. Se da cuando utilizamos bronceadores, bloqueadores y otras cremas para el rostro que, con el sudor y el calor, se disuelven e ingresan al ojo, provocando la irritación de la córnea y la conjuntiva. Por eso, es importante no colocar protector solar en los párpados, sobre todo en niños”, señala.
Si bien esta enfermedad puede solucionarse en una semana con el uso de antibióticos y lubricantes oculares, puede agravarse si no es tratada adecuadamente. “En casos extremos, esa pequeña inflación podría llegar a formar una úlcera corneal, que es una patología muy seria y puede llevar a la pérdida de visión”, afirma el Dr. Corbera.
Además, en época de calor los casos de queratitis van en aumento, pues la radiación ultravioleta es el principal desencadenante. “En verano, por lo menos, dos de cada 15 consultas que atendemos son problemas de queratitis. Esta patología también se desencadena por altas temperaturas, ya sea en gente que trabaja con hornos artesanales o con soldaduras, pero los rayos UV son el factor más común”, añade el experto.
Infecciones por virus
Durante esta temporada, es usual la presencia de virus y bacterias en playas y piscinas contaminadas. Por ello, se hace cada vez más probable que niños se contagien de conjuntivitis o queratitis. En estos casos, el periodo de recuperación tardaría entre 4 y 6 semanas.