Los rostros latinos del gran premio

Amaba su trabajo. Así podría describirse la relación entre el peruano Pepe Ludmir (Lima, 1932) y el cine. Redactor de El Comercio por unos años, así como posterior conductor de Radio Panamericana, de donde pasó a Panamericana Televisión; su nombre se volvió indivisible de los talentos de la pantalla grande por sus entrevistas en Hollywood. Pero una vez al año, con los Premios Oscar, este vínculo crecía hasta volverse inmenso como su carrera.

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Su primera cobertura del Oscar ocurrió en 1953, en el Teatro Pantages, una de las sedes que tuvo la gala antes del imponente Teatro Dolby de hoy en día. Ludmir contó la anécdota repetidas veces, de que en esa ocasión solo eran dos los periodistas que transmitieron el evento: el camarógrafo de un canal de TV estadounidense y el reportero peruano que creció en La Victoria, a un pasito de su otra casa, el Matute.

Desde entonces cada año Ludmir era el peruano que estaba de cajón en la gala. De la radio saltó a la televisión, pero por cosas del idioma, de la distancia y la barrera tecnológica; no era posible transmitir en aquellos primeros años la gala en español y en directo para el continente. Lo que hacía el peruano, tras presenciar el evento en Los Ángeles, era preparar una edición de hora y media con los acontecimientos más destacados, además de traducir de manera precisa los diálogos de los presentadores, los discursos de los ganadores y también las bromas. Algo que, incluso hoy, es un reto para los comentaristas en vivo.

“El primer trabajo que me hizo sentir verdaderamente grande fue traer el Oscar al Perú. Luché bastante, pero valió la pena”, dijo tan solo un año antes de su muerte. Si bien nunca pudo cumplir su sueño de transmitir la gala en vivo, algo que iba a hacer en 1996, su trabajo habló por él, aún hace eco y sus “alumnos” le tomaron la posta.

Generación actual

El argentino Axel Kuschevatzky creció, precisamente, viendo las transmisiones de Ludmir que llegaban a su país. Por veinte años, él ha presentado la alfombra roja de los Premios de la Academia para el canal de cable TNT, evento que está muy vinculado a su vida. En la gala del 2010 no solo hizo de presentador: también estuvo entre los nominados, pues produjo “El secreto de sus ojos”, que ese año ganó como Mejor película extranjera. Este 2023 se encuentra en idéntica posición, pues otra de sus producciones, “Argentina 1985″, compite como Mejor película internacional. Seguirá presentando la alfombra, tarea en la que será acompañado por Lety Sahagun.

En Perú, el siempre lozano Bruno Pinasco ha cubierto en repetidas oportunidades la entrega del Oscar para “Cinescape”, programa que por más de dos décadas lleva información de cine, y también series de televisión, a todo el país. En conversación con este diario, contó detalles de una cobertura periodística usual en este evento.

Por ejemplo, la alfombra roja del evento, que se ve imponente en televisión, lo es también en la vida real. “Lo que vemos en el Oscar es la calle, que en un día convencional tiene autos, con gente en la calle haciendo su vida como siempre. Bloquean como cuatro cuadras a la redonda por un tema de seguridad y entonces la alfombra es de unas dos cuadras”, cuenta Pinasco, quien revela la existencia de una zona, más pequeña y de acceso restringido, donde los artistas tienen bebidas y pueden retocarse el maquillaje y vestuario.

Asimismo, dice que en una alfombra roja como la del Oscar, como periodista es más complicado contactar directamente con los actores para una entrevista al momento y lo usual es que, en días previos, se acuerde con los managers para conversar en el lugar. Aun así, a veces hay espacio para la improvisación. La magia del cine, o de las estrellas, ocurre.