Javier Masas
Un cuantioso cortejo fnebre inunda las calles de Lima. El sol se refleja sobre los hbitos blancos y recubre la escena con un aura de majestuosa santidad. Al fondo se ve el Palacio de Torre Tagle, y casi se pueden escuchar los cantos de la gente, que nunca se ha visto en ese nmero en las calles de la capital. Se dice que los 25 mil limeos estn fuera. La ocasin es la muerte de Rosa de Lima, una mujer hermosa y milagrera que se convertir en santa. Viendo lo que ocurre en el cuadro, uno se imagina al resto de la ciudad repletando balcones y terrazas, mientras el cuerpo, que no vemos, es llevado a su sepultura con religioso rigor. Lima, capital del Virreinato del Per, entierra a su Rosa predilecta con devocin.
El cuadro se llama Los funerales de Santa Rosa y miente. Lo pint Tefilo Castillo con envidiable imaginacin cinematogrfica en 1918. Olvid decirnos que el Palacio de Torre Tagle no exista en los tiempos en que muri la santa. Tambin que hubo que vestirla nuevamente hasta seis veces, pues los fieles, en su intento de obtener reliquias, dejaban su cadver desnudo. Testimonios de la poca revelan que con ocasin de besarle los pies, un devoto le arranc un dedo con los dientes. Una historia recogida en el Rmac propone otra versin, que ese dedo gordo fue cercenado por Martn de Porres, quien atendiendo a una costumbre ritual de sus ancestros africanos, obtuvo as la santidad. Antes de convertirse en santa, Rosa hablaba de Dios como de su esposo. En su biografa, Andrs Ferrer de Valdecebro da cuenta de las cosas que deca, que tena un esposo que poda dar muy grandes y muy raras cosas y que no se haban de esperar de mano tan generosa cosas menudas.
Existen grabados que recogen la escena de la boda. Rosa, de rodillas, mira con fervor al nio que sostiene en brazos la Virgen del Rosario, una talla trada por los conquistadores y puesta en la iglesia de Santo Domingo. La tradicin refiere que fue a llorarle y a preguntarle de qu manera lo haba ofendido pues, como consecuencia, haba perdido su favor. La figura movi sus labios y le dijo Rosa de mi corazn, yo te quiero por esposa. Aqu tienes, Seor, a tu humilde esclava, fue su respuesta.
La boda no fue bien vista por Mara de Oliva y Herrera, la suegra de Dios, no solo porque no se le dio oportunidad de intervenir en la lista de invitados a la celebracin, sino porque tena pensado otro destino para ella, un hombre con el bolsillo holgado que le garantizara bienestar y tranquilidad por el resto de sus das.
El matrimonio de Rosa puede sonar algo anacrnico en tiempos de Facebook y Pokmon Go. Para agradar a su esposo, Rosa practicaba ayunos demoledores que reducan su ingesta de alimentos a un par de panes por semana y agua. Su madre, preocupada, la forzaba a comer la comida de la casa, pero su organismo, adecuado a esta curiosa dieta, no lo reciba bien. Rosa tambin se privaba de sueo y dorma por minutos luego de das y noches de oracin insomne. Como muchas en su tiempo, vesta cilicios y se autoflagelaba con un ltigo hasta que, segn Leonardo Hansen, otro de sus bigrafos, la sangre salpicaba las paredes. Utiliz mltiples instrumentos de tortura que fueron arrojados al Rmac por su familia preocupada, que no entenda cmo adems del maltrato fsico, Rosa soportaba el escarnio social. No fue comprendida hasta que salv a la ciudad gracias a sus oraciones: el capitn de los piratas holandeses se haba enfermado gravemente y no haba podido dejar su barco ni iniciar el saqueo de Lima. Rosa de Lima se volvi tendencia y se agotaron, como camisetas de banda de rock, los cilicios en las tiendas.
A Rosa esas cosas no le importaban. Seor, aumntame los sufrimientos, pero aumntame en la misma medida tu amor, rezaba segn el mismo catecismo que se ensea hasta hoy. Segn Hansen, el ltimo milagro de Rosa fue hacer feliz a su madre con su muerte. La seora no haba podido entender plenamente el matrimonio de su hija ni el sufrimiento al que la someta. Con el ltimo suspiro, se le infl el pecho de gozo a la seora Mara de Oliva, quien empez a rer sin parar y a carcajadas ante el cuerpo inerte de Rosa. Era la una de la madrugada del 24 de agosto de 1617. A las 8 ya se contaban por miles los que se agolpaban en la puerta. La primera pintura famosa de Santa Rosa de Lima se hizo cuando estaba muerta. La pint en 1617 Angelino Medoro, un italiano que no haba visto ni en Roma tanta fastuosidad para celebrar a una difunta. El artista prefiri centrarse en su rostro, que aparece con los ojos entreabiertos y con una corona de rosas. El retrato se volvi tremendamente popular y fue copiado infinitas veces porque los devotos de su tiempo preferan esta imagen de brutal realismo antes que las invenciones idealizadas de otros artistas. En su libro Rosa limensis, Ramn Mujica refiere que era comn que las parturientas, los malheridos y los agonizantes besasen estos retratos del cadver. La creencia era ms o menos la que sigue: si la imagen se pareca a la realidad, entonces sus atributos de santidad y belleza podran encarnarse tambin en su representacin. Muerta y silenciosa era bonita y milagrosa. Segn testimonios de la poca, cuando se anunci su beatificacin, algunas de estas imgenes que representaban el rostro descolorido de Rosa se vieron despus con vivsimos colores y gran hermosura en seal de la gran alegra que tena aquel da.
Santa Rosa de Lima ocupa un lugar preferencial en el imaginario peruano. Junto a la precursora de la independencia Micaela Bastidas y a la actriz conocida como La Perricholi, conforman la santsima trinidad de la feminidad colonial: es sobre ellas que gravitar el imaginario del Virreinato cuando se trate de evocar a la figura de la mujer en esos trescientos aos. Eso no sera un tema en estos das de reclamos, reflexin y manifestaciones femeninas, si no fuera porque de las tres, solo la santa tiene fecha con nombre propio en el calendario y feriado no laborable nacional declarado por el Estado. A Micaela Bastidas y a Micaela Villegas no les gusta esto. Hashtag niunamenos.
La ltima imagen famosa de Santa Rosa de Lima fue trabajada por el ilustrador y artista Cherman. Es parte de su meditica indagacin sobre conos nacionales en la que tambin han aparecido Sofa Mulanovich y Chabuca Granda. Sale doliente, enardecida y con las pupilas rojas. El siglo XXI resume con humor full color su mensaje en clave pop: Aztame! repite en la obra, pero tambin en textos escolares, homilas y clases de colegio que se toman muy en serio.