Con un embarazo muy avanzado, una mujer de los Estados Unidos se encontraba conduciendo en medio de la carretera cuando, sin previo aviso, comenzó a sentir inmensos dolores. Sin posibilidad de acudir a un hospital cercano, no le quedó más opción de dar a luz en su propio auto y su historia se hizo tendencia en redes sociales como Facebook, donde los usuarios quedaron impactados con su relato.
Contracciones en medio de la nada
De acuerdo a lo informado por el portal Today, el hecho tuvo lugar el pasado domingo en Kentucky y nuestra protagonista se llama Heather Skaats quien reveló: “Estaba teniendo contracciones leves antes de irnos, así que pensé que tenía tiempo para hacer un recado (…) Pensé que no tendría un bebé en mis brazos hasta ocho o diez horas después”, además de señalar a este medio que le faltaban tres semanas para cumplir la fecha en la cual estaba programado su parto.
Sin embargo, los cálculos de Heather salieron mal, pues mientras andaba en ruta las contracciones y dolores se intensificaron de manera exponencial, un indicador de que se avecinaba el parto por lo que, instintivamente, aceleró el paso creyendo que podría llegar a su casa para dar a luz en el agua, pero esto no resultaría.
Un parto inusual
Ella relata así estos momentos de angustia y dolor: “Me detuve, les aseguré a los niños que todo estaba bien, y luego agarré mi teléfono y salí de la camioneta (…) Puse mi mano allí y su cabeza (del bebé por nacer) comenzó a salir con su cuerpo. Ni siquiera tuve que empujar. Fue tan rápido. Estaba hablando por teléfono con mi esposo, Nick, y 20 segundos después, dije: ‘¡Él está aquí!’”
Al abrazar a su sexto hijo entre sus brazos sintió la misma emoción que con el primero, aunque esta vez fue sumamente distinta a las demás por las condiciones en las cuales se dio el parto: “Empezó a llorar de inmediato, abrió los ojos, me miró y dije: ‘sí, amigo, eso fue divertido ¿eh?’”.
“Lo envolví en una manta y conduje con él cerca de mi pecho. Creo que los niños estaban en estado de shock. Estaban bastante callados”, recuerda así Heather la reacción del resto de sus hijos.
Regreso a casa
Cuando llegaron a casa, una de las primeras cosas que hizo nuestra protagonista fue dirigirse hacia la ducha para expulsar la placenta, pero no lo hizo sola, pues contó con la ayuda de Kaelynn, su hija de 13 años, pero también para limpiar al recién nacido: “Tuvimos que quitarle la hierba”.
Heather y su esposo están todavía pensando en el nombre que le pondrán a su nuevo bebé, pero destacan los beneficios de dar a luz en casa: “Creo que tener partos en casa en el pasado me enseñó a confiar en mi cuerpo. Conocer el proceso, realmente, ayudó”.