Olivia Hillier es una estudiante de medicina en la Universidad de Oakland (Michigan, Estados Unidos) que tenía cierta experiencia vendiendo algunas prendas usadas en la aplicación de reventa Poshmark. Si bien este negocio nunca llamó mucho su atención, su percepción cambió cuando, durante el encierro por la pandemia, vio que varias personas generaban buenas ganancias con el comercio de ropa de segunda mano.
Con varios préstamos estudiantiles detrás, la joven, de 26 años, decidió dedicarle más tiempo y comenzar a estudiar para mejorar sus estrategias de ventas. Desde entonces, ha generado más de 117 mil dólares en ingresos totales, incluidos 85 mil solamente el año pasado.
En la actualidad, genera entre 6 mil y 7 mil dólares en ganancias al mes, lo que le ha permitido comprar una casa con cinco habitaciones.
“Si no hubiera tenido este negocio, ni siquiera tendría una cuenta de ahorros”, dijo Hillier en conversación con el medio estadounidense CNBC. “Y tendría que pedir préstamos para cubrir mis gastos de manutención, además de la matrícula”.
Recientemente, la joven culminó su carrera y se mudará a Kansas para comenzar una residencia médica. Según explicó, sus ingresos vendiendo ropa usada la han ayudado a cubrir varias deudas y el pago inicial de su vivienda, así como los pagos de hipoteca de 2100 dólares por mes.
Cómo construyó su negocio
La investigación de Hillier comenzó en agosto de 2020, cuando notó que otros vendedores de Poshmark obtenían sus prendas de tiendas de segunda mano y minoristas.
Los dos meses siguientes los pasó imitando los métodos de ventas que observó. Fue así como creó su propia tienda virtual, la cual comercializa ropa para mujeres con un estilo vintage y de colores vibrantes, lo que tuvo una gran acogida entre el público.
Empezó comprando una camisera por 5 dólares y posteriormente la vendió en Poshmark por 20 dólares. Con el tiempo, su emprendimiento ganó terreno con una audiencia de “jóvenes profesionales” compuesta principalmente por mujeres de 25 a 40 años.
Al principio, Olivia cobraba entre 20 y 30 dólares por prenda, pero no estaba sacando mucho provecho de ello. Sin embargo, a medida que su negocio fue creciendo, los precios de su ropa empezaron a oscilar entre los 25 y los 200 dólares, según la marca y valor minorista.
El trabajo no era sencillo, lo que quedó demostrado con su rutina. Los viernes, iba de sus clases a las tiendas de segunda mano y pasaba las tardes seleccionando y clasificando la ropa. Los domingos modelaba y tomaba fotos de su nuevo stock. Los lunes, entre sus turnos de hospital, subía los nuevos productos a su tienda virtual. Y cada dos días iba a la oficina de correo.
“Tienes que estar reglamentado y tener una rutina”, dice la joven. “Si no me gustara tanto, no tendría tiempo para ello”.
Generando ingresos sostenibles
Hillier señaló que Poshmark cobra el 20% del valor total por cada venta. Por esta razón, su negocio no rindió muchos frutos al comienzo. Aún así, decidió seguir usando la plataforma debido a la seguridad que brindaba.
Según la estudiante, habían otras páginas web que pedían un porcentaje menor o que incluso se podían usar de manera gratuita, pero se quedó con Poshmark debido a que ofrecía un servicio más completo.
La plataforma cuenta con un convenio con empresas de envíos para facilitarle el trabajo a los vendedores y garantizarle a los compradores que sus productos van a llegar en óptimas condiciones.
Además, Poshmark permite una comunicación directa entre los clientes, por lo que se pueden hacer quejas, sugerencias y reclamos que brindan seguridad al servicio.
Las tarifas de la plataforma no parecen ser un problema para el progreso de la joven, pues actualmente genera hasta 7 mil dólares al mes.
En su nuevo hogar, Hillier y su esposo ya han designado una “habitación Poshmark”. El dinero que gana lo usa para pagar la hipoteca de la casa, mientras que el resto se destinará a muebles nuevos, viajes, sus dos perros y pagos de préstamos estudiantiles.
“Muchas personas no pueden conseguir un trabajo estable en la escuela de medicina porque no tienen el tiempo ni la flexibilidad”, dice Olivia. “Es agradable no solo tener tiempo para hacer algo que me gusta, sino también permitirme otras cosas”.
“Quiero mantener este negocio en funcionamiento durante la residencia y espero continuarlo cuando sea médico asistente”, agregó.
¿Es la reventa de ropa un buen negocio?
La reventa es un negocio en toda regla para muchas personas y, a pesar de lo saturado que se ha vuelto el mercado, aún puede ser una excelente manera de ganar un poco de dinero si sabes lo que estás haciendo, señala el sitio web complex.com.
¿Cuánto debe cobrar por la ropa usada?
En promedio, la ropa usada se vende entre un 30 % y un 40 % de su precio minorista original. Como regla general, fije el precio de sus prendas usadas por un tercio del costo de artículos nuevos similares, detalla el sitio web panaprium.com.