Hay quienes comienzan cada día con una taza de café, otros prefieren tomarlo después del almuerzo y un grupo evita consumirlo en las noches por temor a tener problemas para dormir; sin embargo, muy pocos pueden negar que esta bebida caliente y de gran aroma llena de energía el cuerpo.
MIRA TAMBIÉN: Tomar café con el estómago vacío, ¿realmente es malo?Si bien es un producto saludable, ningún alimento consumido en exceso es beneficioso, por lo que los expertos recomiendan no abusar de él, pues la cafeína tiene el poder de causar hiperactividad, permitiendo que la persona esté más activa y despierta, mientras que en otros puede aumentar los nervios, ansiedad o taquicardia.
Comúnmente, el consumo excesivo de café (más de 400 mg al día) se asocia con la aparición de migrañas. Científicos de la Universidad de Harvard, Massachusetts, Estados Unidos (USA) analizaron los efectos del consumo de bebidas con cafeína en personas que sufren migrañas para determinar si esa sustancia funciona como detonante de sus dolores de cabeza y determinaron que tomar menos de tres tazas de café al día no aumenta el riesgo de padecer ese mal.
Por su parte, un estudio de la Florida Atlantic University y el Harvard Medical School sugiere que tomar café o té antes de acostarse no afecta la calidad del sueño , a diferencia del consumo de alcohol y nicotina. Entonces, ¿cuál es el mejor momento del día para disfrutar de su sabor y aroma?
Un buen café debe realizarse en máquina, ya sea en una prensa italiana, francesa, una máquina convencional de casa para “pasar” café o si se tiene una máquina de espresso mucho mejor.
En el marco del Día del Café Peruano (28 de agosto), Maria Gracia Flórez, chef de Macchia y egresada de Gastronomía y Gestión empresarial de la Universidad Le Cordon Bleu, explicó que “es recomendable tomar de una a dos tazas de café al día. Podemos comenzar con una en la mañana y luego otra en la tarde hasta las 5 p.m., para que no interfiera con nuestro sueño en la noche, ya que el café tiene alto contenido de cafeína. El horario recomendado para consumir café sería entre las 8 y 10 a.m. y entre las 3 y 5 p.m.”.
La especialista también indicó que el café descafeinado no es del todo beneficioso porque el proceso por el cual se somete, hace que disminuya mucho su calidad, a menos que la persona no pueda consumir cafeína por razones médicas.
¿Con qué acompañar el café?
- Un buen café se toma sin azúcar, por eso es perfecto combinarlo con un postre.
- Se puede unir con unas galletas de mantequilla, una trufa o un alfajor. Asimismo, podemos acompañarlo con algún postre con chocolate, muchos cafés tienen notas de chocolate y combinan perfectamente con este. Puede ser un keke de chocolate o un brownie.
- Si eres de las personas que les gustan más los postres con frutas o con cítricos, un buen muffin o keke de naranja o arándanos combina a la perfección.
- El cheesecake de cinnamon roll también es una buena alternativa por su contenido de canela y cremosidad.
Qué se toma primero al desayunar ¿el jugo de naranja o el café con leche?
La costumbre de tomar café con leche y jugo de naranja en el desayuno se contradice con la creencia de que la leche y la frutas no combinan bien y pueden causar malestar estomacal. El problema radica en que la leche se “corta” a causa de los ácidos de la naranja y otros cítricos lo que, según el mito popular, puede provocar vómitos, diarreas y otros síntomas irritantes.
Parece que en algunos casos, sobre todo en personas con problemas digestivos, no es muy ideal tomarlos en el desayuno, pero no es tanto por el orden en que se toman sino al hecho de que sean precisamente esas dos bebidas. Uno por ácido y el otro porque requiere un largo proceso digestivo.
La creencia popular establece que el orden correcto para evitar problemas estomacales es primero la fruta, en este caso el jugo de naranja, y luego la leche, en este caso en el café. Hay quien afirma incluso que es mejor dejar que pasen entre cinco y veinte minutos entre la fruta y la leche u otros alimentos.
Cuánto tardan en digerirse
La creencia sostiene que el zumo de la naranja es muy ácido y se digiere con mucha mayor rapidez que la leche. Especialmente lenta de procesar en el estómago a causa de la gran cantidad de proteínas y grasa que esta contiene. Si se toman al mismo tiempo, el zumo de la fruta acabará estando demasiado tiempo en el estómago antes de ser digerido y puede causar acidez y malestar en el estómago.
La ciencia concluye que, no importa cuál sea el orden en que las tomemos en el desayuno, y aún así no se tome zumo de cítricos, la leche acabará cortándose en el estómago debido al accionar de los jugos gástricos, especialmente el ácido clorhídrico, mucho mas potente que el ascórbico de la naranja.
Aunque no hay que tirar por la borda la creencia popular, que se basa más en cuestiones prácticas. Tiene su lógica tomar antes el jugo porque no conviene inicie su proceso de oxidación y pierda sus propiedades. También resulta más lógico beber antes algo que está frío y se toma en un par de tragos, que un café con leche, que se mantiene un rato caliente y se bebe a sorbitos saboreándolo.
Un proceso natural
Cuando se dice que la leche se “corta” significa que esta se altera por la acción de microorganismos que crecen en ella, degradan la lactosa y producen ácido láctico. Cuando este aumenta mucho, las proteínas de la leche, llamadas caseínas, no se mantienen solubles y precipitan, es decir, se separan del líquido.
¿Cómo ocurre? Es fácil de comprobar si se mezcla en un vaso de zumo de una fruta ácida y leche. En pocos segundos, arriba quedará un líquido blanquecino, y abajo una masa más sólida y grumosa, que son las proteínas. De hecho, ese mismo principio es el que se emplea para hacer yogur.
Pues bien, un proceso similar sucede en nuestro estómago cada vez que tomamos leche, por el efecto del ácido clorhídrico. Es decir que la leche que tomamos, sea con o sin zumo, siempre se corta en nuestro estómago. Y no siempre nos causa malestar, a excepción de las personas con intolerancia a la lactosa.