A pesar de haber sido detectada originalmente en el Perú y Chile, en la OPS descartó llamarla “variante andina” (Foto: Andina)
A pesar de haber sido detectada originalmente en el Perú y Chile, en la OPS descartó llamarla “variante andina” (Foto: Andina)
Redacción EC

Aunque se ha advertido que aún faltan estudios para conocer a profundidad sus características, la confirmación de la presencia de la variante C.37 del en el Perú ha generado innumerables dudas sobre este nuevo linaje del coronavirus .

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Detectada en Argentina, Brasil, Chile, Ecuador y México, esta nueva cepa habría sido identificada a finales del mes de abril por un equipo de científicos peruanos, pero recién hace unos días su presencia fue confirmada por Óscar Ugarte, titular del Ministerio de Salud (Minsa).

Según ha explicado el ministro, los primeros contagios con la variante C.37 se habrían producido en noviembre del año pasado, pero hasta marzo último ya se han detectado alrededor de 20 casos.

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Por regiones, se sabe que su detección ha sido posible en Amazonas, Áncash, Apurímac, Arequipa, Ayacucho, Cajamarca, Cusco, Huánuco, Ica, Junín, La Libertad, Lambayeque, Lima, Moquegua, Pasco, Piura, San Martín, Tacna y Tumbes.

¿QUÉ ES LA C.37?

Con más de 66.000 muertes ocasionadas por el COVID-19 en nuestro país, la noticia de esta nueva variante –que deriva del linaje B.1.1.1– nos ha llevado a preguntarnos sobre su comportamiento, si es más transmisible, más virulenta o más letal, más aun cuando se sabe que los virus cambian a través de la mutación.

Por lo pronto, desde el Instituto de Salud del Perú (INS) han asegurado que la C.37 “no califica como variante de preocupación”. ¿Por qué? Explican que hasta el momento, “de acuerdo con los conceptos consensuados a nivel internacional y con la información disponible actualmente, su relevancia epidemiológica es todavía incierta”.

Mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha aclarado que para que una variante sea de preocupación, debe evaluarse si la nueva cepa del virus influye en su capacidad de transmisión, en el cuadro clínico del paciente, si el riesgo de infección es grave y si hay alguna disminución en la efectividad de las medidas sanitarias de prevención. Y, a la fecha, dicha data todavía no ha podido ser corroborada.

¿VARIANTE ANDINA?

A pesar de que, en un principio, empezó a ser calificada como “variante andina o peruana”, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha aclarado que no es correcto catalogar a la C.37 de tal manera. Es más, el INS resalta que desde la llegada de la pandemia se han identificado 53 variantes distintas en nuestro país.

De esta manera, la C.37 se ha sumado a las otras variantes del COVID-19 que desde hace varios meses atrás ya generan preocupación como la de Japón/Brasil (P.1), la de Sudáfrica (B.1.351), la del Reino Unido (B.1.1.7) o la de California – EE.UU. (B.1.427 – B.1.429).

Según se ha escuchado en su momento, a diferencia de lo que se sabe de la C.37, en el caso de las otras cuatro variantes sí existe evidencia de que presentan características especiales en sus mutaciones, por lo que son consideradas como más infecciosas y han llegado –incluso– a romper la eficacia de las vacunas. ¿Sucederá lo mismo con la C.37? Solo el tiempo y las investigaciones lo dirán.

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