Trece presos fugaron hoy de una cárcel de máxima seguridad en la localidad bonaerense de Ezeiza. Tras ello, en una conferencia de prensa, el jefe del Servicio Penitenciario Federal (SPF) de ese país, Víctor Hortel, anunció su renuncia irrevocable al cargo.
“Asumo absolutamente mi responsabilidad por estos sucesos y he presentado la renuncia indeclinable al ministro de Justicia de la Nación, Julio Alak”, declaró Hortel.
El funcionario informó que los 13 presos, entre ellos dos brasileños y un paraguayo, se fugaron a través de un boquete hecho en hormigón armado, por lo cual esta fuga no se podría haber llevado a cabo sin una logística interna ni apoyo externo.
En ese sentido, indicó que el boquete tenía una dimensión de 40 por 22 centímetros y su apertura debió haber demandado al menos dos días de trabajo y herramientas que no fueron halladas en el lugar. Surge claramente la complicidad de personal penitenciario, aseveró.
Antes de presentar su dimisión, Hortel ordenó el desplazamiento del jefe del penal de Ezeiza y otros 18 agentes.
Al menos dos de los trece prófugos fueron recapturados en las últimas horas en la vecina localidad de Cañuelas, unos 60 kilómetros al sudoeste de la ciudad de Buenos Aires.