El primer ministro de Australia, Kevin Rudd, ha reconocido su derrota en las elecciones generales.

En un discurso dirigido a sus seguidores en la ciudad australiana de Briscane, Rudd informó que ha llamado por teléfono a su rival, Tony Abbot, para desearle lo mejor en su próximo gobierno ante los desafíos que se presentan en el camino.

Con más de tres cuartos de los votos escrutados, la comisión electoral anunció que la Coalición Liberal Nacional, encabezada por Abbot, obtuvo la mayoría en el Parlamento.

Rudd había regresado al cargo de primer ministro a finales del pasado junio, después de que su partido decidiera sustituir a Julia Gillard, quien fuera la primera mujer en ocupar el cargo en Australia, por una constante caída en las encuestras de opinión.

La economía, la inmigración y un controvertido impuesto al carbón fueron los temas principales en la campaña electoral.