El gobierno de Brasil anunció que va a desplegar fuerzas especiales en cinco ciudades para controlar la ola de protestas en la que cientos de miles de personas salieron a las calles para exigir mejores servicios públicos.
Los grupos especiales serán enviados a Río de Janeiro, Minas Gerais, Bahia, Ceará y la capital, Brasilia.
En todas esas ciudades se jugarán partidos en la Copa Confederaciones de la FIFA, torneo que se disputa en estos días y es considerado como una prueba para el Mundial del año próximo.
El anuncio se produce después de que la policía antidisturbios y los manifestantes se enfrentaran en nuevas protestas el martes en Sao Paulo.
El ministerio de Justicia de Brasil dijo que Recife fue la única ciudad anfitriona de la Copa Confederaciones que no pidió apoyo especial.
Una fuente del ministerio dijo que les correspondería a los gobiernos locales decidir cuánto tiempo se quedarían las fuerzas.
Las tiendas y bancos en la ciudad más grande de Brasil, Sao Paulo, fueron destrozadas el martes por grupos de activistas enmascarados que luchaban con otros manifestantes que tratan de detener la violencia.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, dijo que estaba orgullosa de que tantas personas estén luchando por un país mejor.