JAIME CORDERO/JUAN JOSÉ LÓPEZ/JORGE MORENO

Un predio saca de la medianía a la cuadra 3 de la calle Marconi, en San Isidro. Dos policías lo resguardan, algo de lo más usual en el barrio limeño que concentra la mayor cantidad de embajadas. En cambio, sí llama la atención la bandera que flamea, roja y azul, con una estrella. Al lado de la puerta, una vitrina deja ver a los transeúntes fotos de Kim Il-sung, su hijo Kim Jong-il y su nieto Kim Jong-un.

Se trata de un edificio poco visto en otras partes del mundo: Corea del Norte apenas tiene tres embajadas en América Latina. Una de ellas está en el Perú. Las otras se ubican en Brasil y México.

La embajada existe desde 1989, pero su trabajo ha pasado la mayor parte del tiempo desapercibido. Coherentes con su papel de representantes del país más hermético del mundo, los diplomáticos norcoreanos no se dejan ver mucho ni participan en las actividades cotidianas del mundillo diplomático peruano.

Tienen un embajador, pero apenas lo he visto un par de veces, comenta al vuelo un importante diplomático europeo que lleva más de tres años destacado en el Perú. De hecho, su perfil es tan bajo que en el área de comunicaciones de la cancillería ni siquiera tenían el nombre del embajador. Menos, información sobre algún tema de cooperación, o cualquier otro tipo de relación bilateral.

El hermetismo también es una regla que se aplica en la misma sede diplomática. No damos declaraciones. El embajador no habla castellano, ni da entrevistas, dijo un funcionario que no dio su nombre al reportero que tocó la puerta de la embajada la semana pasada.

Era mentira. Lo cierto es que Ri Mun Gyu, el embajador extraordinario y plenipotenciario de la República Popular Democrática de Corea, sí habla español y, si se lo encuentra del humor adecuado, también suelta algunas frases. El Comercio lo encontró el pasado miércoles en el local del Partido Comunista del Perú Patria Roja, donde cerca de un centenar de personas se reunieron para celebrar el aniversario 101 del nacimiento del llamado presidente eterno Kim Il-sung.

Es una circunstancia muy crítica la que se vive en la península coreana. Los yanquis y los surcoreanos están realizando maniobras militares contra mi país. Ellos dicen que su objetivo es proteger a su aliado Corea del Sur. Eso es mentira. [Su objetivo] es invadir Corea del Norte y otros países asiáticos, declaró allí en un castellano bastante aceptable el embajador. Cada tanto el auditorio lo interrumpía para gritar: ¡Fuera yanquis de Corea!.

Una fuente diplomática confirma que actividades de este tipo son parte fundamental del trabajo de los norcoreanos en nuestro país. Se reúnen con grupos de extrema izquierda, obtienen pronunciamientos y declaraciones de apoyo. Luego las transmiten a Pyongyang, donde sirven para la propaganda del régimen, explica.

Otra función que cumplen, según la misma fuente, es buscar donaciones. También realizan cierto adoctrinamiento, invitando ocasionalmente a militantes comunistas a Pyongyang, donde les permiten ver con sus propios ojos las bondades de su sistema.

Producto de este trabajo silencioso, Corea del Norte puede contar con la amistad incondicional del Instituto Cultural y de Amistad Peruano Coreana, el Comité Peruano de Apoyo a la Reunificación Pacífica y los Círculos de Estudio del Kimilsunismo y el Kimjongilismo. Para nosotros es un gran estímulo su solidaridad, su apoyo a la lucha del pueblo coreano, dijo el miércoles su embajador.

CON LA MUNICIPALIDAD DE BREÑA A inicios del 2012, poco después de la muerte de Kim Jong-il, la Municipalidad de Breña sorprendió con su decisión de otorgar de manera póstuma su medalla de honor al líder norcoreano. El escándalo que desató la noticia hizo que poco después el concejo revocara la condecoración.

Más de un año después de aquel incidente, José Gordillo, alcalde de Breña, intenta explicar aquella decisión. Quizás el texto no lo editamos bien, nosotros resaltábamos el tema de apoyo social y salud, pero se malinterpretó con el tema ideológico, que es algo que no compartimos, dijo en entrevista con este Diario.

Gordillo no tiene inconvenientes en destacar la buena relación que existe entre su municipio y la embajada norcoreana. Dice que buscó el acercamiento, luego de enterarse de que en el Callao funcionaba algo similar. Así, el 24 de marzo del 2011 ambas partes firmaron un convenio con el objetivo de promover campañas de salud en Breña. Concretamente, se trata de un programa de acupuntura en el cual participan dos especialistas norcoreanos. Del 2011 a la fecha ha habido 9.620 beneficiados, destacó el alcalde.

Con respecto a la condecoración, Gordillo dijo que el embajador respetó la decisión de retirarla: Le manifesté que pese a esto nos siguiéramos apoyando en el tema de la salud, que beneficia a la gente con menores recursos.