El tráfico sexual infantil es un gran negocio en el barrio de Kamathipura, probablemente el que mueve mayor dinero: cada niña cuesta entre 600 y 1200 euros (entre 50 mil y 100 mil rupias).

“Cuando tenía 14 años mi familia no tenía dinero para comer y un hombre me llevó a Mumbai (como también se conoce a Bombay). Me dejó sola con una mujer. La gharwali (matrona) me encerró en una habitación y me pegó hasta que consentí trabajar como prostituta”, este es el desconsolado relato que una joven de 24 años le ofrece al periodista de El País, autor del reportaje El burdel en el que nacieron 10 000 niños.

La publicación de Angel L. Martínez, fue emitido desde Bombay el pasado miércoles, Día Internacionl del Niño, y la Niña.

Conocido como el barrio rojo, Kamathipura alberga el mayor prostíbulo de la capital de la India, donde habitan más de 20 millones de personas.

De acuerdo a Martínez, alrededor de 10.000 niños han nacido de las entrañas de este inmenso prostíbulo, regido por leyes de esclavitud y tráfico humano desde hace más de 200 años, indica en la publicación hecha en el diario español.

GENERACIÓN TRAS GENERACIÓN Condenados a continuar con el círculo vicioso de este negocio sexual antes de nacer. El reportaje revela que los niños que nacen en este distrito no cuentan con certificado de nacimiento, por lo que sus posibilidades de acceso a cualquier tipo de servicios se reducen al mínimo.

“Los chicos de 15 años son aprendices de dalals (proxenetas) porque es dinero fácil a cambio de hacer recados y cuando crecen se convierten en verdaderos proxenetas. Muchos de estos niños son hijos de prostitutas así como las actuales gharwalis fueron niñas forzadas al comercio sexual en el pasado” señala Michael Almeide, trabajador de la organización local Oasis.

Oasis cuenta con el proyecto Aruna (Sol del mañana), con el que intenta combatir la prostitución infantil y la industria que lo rodea en Bombay, sobre todo en el distrito de Kamathipura.

El último estudio que mide las condiciones de vida de las trabajadoras sexuales en el barrio de Kamathipura, demostró que el 80% se inició en el negocio sexual cuando tenían menos de 18 años de edad.

Este dato permite comprender la magnitud del brutal tráfico sexual infantil que se realiza en Bombay. La encuesta hecha por la ONG Prernar reveló que solo el 6% de las mujeres que trabajan en el barrio rojo ingresaron a este ilegal mercado por su voluntad.

INICIATIVAS PRIVADAS Hasta el momento, organizaciones como Prernar, y Oasis, parecen ser la única luz que alumbra en medio del dolor, el temor y la opresión que viven mujeres, adolescentes, niñas y niños en el barrio Kamathipura.

Nadie se haría cargo de ellos de otra forma” dice Archana Kumar, líder del proyecto Aruna. Con esta iniciativa, Oasis ha logrado rescatar del sistema del tráfico a más de 200 mujeres y niños.

La solución: brindarles refugio temporal, o albergues de largo plazo, con la finalidad de que tanto los menores, como las madres puedan educarse y encontrar una salida frente a este negocio que viola todos los derechos humanos.

Por su parte, la ONG Prernar decide atacar por otro frente el problema. La organización se acerca a las trabajadoras sexuales ofreciéndoles opciones para mejorar su calidad de vida.