Un grupo de cuatro senadores demócratas y cuatro republicanos del Congreso de Estados Unidos, acordaron los principales puntos que se considerarán en el proyecto de reforma de las leyes que regulan la inmigración en Estados Unidos.

Tras meses de negociaciones y varias sesiones, los miembros de la cámara alta examinaron todos los asuntos de su competencia, mientras que los asesores senatoriales se encargarán de los detalles restantes y la redacción del borrador del proyecto de ley, el cual se espera dar a conocer la próxima semana.

Esta nueva legislación reestructuraría los programas que regulan la inmigración legal, penalizaría a los empleadores que contraten a personas que se encuentren en Estados Unidos sin autorización, impulsaría la seguridad fronteriza y pondría a 11 millones de inmigrantes ilegales camino a la ciudadanía.

Creo que es un logro bastante destacado que ocho senadores ideológicamente diversos trabajen tan bien juntos en un tema tan complicado, dijo Frank Sharry, director ejecutivo de Americas Voice (La voz de América), un grupo que aboga por una reforma en las políticas migratorias de Estados Unidos.

POSIBLES BARRERAS Una vez que se difunda la iniciativa, será evaluada por la comisión de asuntos jurídicos del Senado, que comenzaría a enmendar y votar la propuesta en la semana del 6 de mayo. Después, la iniciativa pasará al pleno del Senado.

En la fase pública que se avecina los electores y otros legisladores examinarán la medida. Algunos ya han dejado claro que se opondrán con vehemencia, pues consideran que la iniciativa asegurará que millones reciban amnistía, pero no que se refuerce la frontera.

La Cuadrilla de Ocho –Chuck Schumer, Dick Durbin, John McCain, Jeff Flake, Marco Rubio, Lindsey Graham, Robert Menendez y Michael Bennet– ha discutido el formar una alianza para repeler intentos de enmienda por parte de los senadores del pleno que puedan alterar significativamente la iniciativa.

Sin embargo, en la Cámara de Representantes un grupo bipartidista elabora su propia iniciativa de reforma migratoria. Muchos conservadores de la cámara baja se oponen a permitir la naturalización de personas que han vivido sin permiso en Estados Unidos.

REFORMAS En este proyecto del Senado se contempla un mecanismo que tras 13 años otorgue la ciudadanía a personas que viven en el país ilegalmente, pero sólo después de que se haya implementado un nuevo plan de seguridad en la frontera con México, los empleadores hayan adoptado un sistema de verificación de estatus migratorio de sus empleados y esté funcionando un nuevo sistema electrónico en puertos aéreos y marítimos para chequear entradas y salidas de personas con visas temporales.

El proyecto también exige la aprehensión de 90% de las personas que traten de cruzar la forntera con México de manera ilegal, un nuevo programa de visas para trabajadores poco especializados permitiría la entrada de hasta 200.000 personas al año para cubrir vacantes laborales. Los jornaleros agrícolas ilegales que ya se encuentran en el país de manera ilegal tendrán un proceso más fácil, y otros programas de visa permitirían la entrada al país de decenas de miles de nuevos trabajadores para laborar en el sector agropecuario.

El cupo máximo del programa actual de visas para trabajadores del sector tecnológico, que otorga 65.000 visados al año, casi se duplicaría, y los extranjeros que obtengan títulos avanzados en matemáticas, tecnología, ciencia e ingeniería de instituciones estadounidenses recibirían más fácilmente su residencia permanente.