CARLOS ROJAS OLIVOS Desde Frankfurt
A medida que se van acercando las elecciones generales alemanas, las promesas electorales de Angela Merkel han aumentado considerablemente, lo que ha generado un gran debate por lo exageradas o populistas que suenan algunas. Pese a la cómoda ventaja que le otorgan las encuestas, Merkel ha venido ofreciendo una serie de reformas que han sido criticadas incluso por políticos de su partido, la Unión Demócrata Cristiana (CDU).
“Solo la propuesta de financiar el superávit fiscal con ingresos coyunturales es una utopía. Por eso tengo dudas sobre si se tienen que tomar en serio estas propuestas”, declaró a la prensa Wolfgang Bosbach, diputado de la CDU. Otorgar nuevas reducciones fiscales para familias con hijos, aumentar el ingreso de jubilación a las madres o limitar los precios de alquiler de las viviendas son algunos ejemplos de las propuestas con las que la actual canciller intenta seducir al electorado germano por tercera vez. Según los cálculos del periódico económico alemán “Handelsblatt”, el costo de dichas promesas estaría cerca de los 30 mil millones de euros, una cifra exorbitante en plena época de ajustes.
BLANCO DE CRÍTICAS La semana pasada Sigmar Gabriel, presidente del Partido Socialdemócrata (SPD), acusó a la canciller de fraude electoral. “Nos quiere tomar el pelo por segunda vez”, afirmó Gabriel haciendo referencia a las promesas de las elecciones del 2009. “Ahora ofrece más de 20 mil millones como regalos electorales. Otra vez, no lo realizará”, agregó.
Los socialistas han denunciado que la mayoría de las promesas que ha hecho Merkel son una copia del programa electoral que ellos presentaron las últimas legislaturas. El ejemplo más claro es la intención de limitar los precios de los alquileres de viviendas, una idea de los socialistas que ya se aplica en algunos municipios.
“Nunca dije que los socialdemócratas no puedan tener buenas ideas. Me parece cómico que se quejen si admitimos que tuvieron una buena idea y nosotros la incorporamos a nuestro programa”, señaló Merkel en una conferencia.
Sin embargo, estas promesas no han sido bien recibidas por los seguidores más conservadores de su partido. En los últimos años, Merkel ha cedido a la presión popular y ha ido en contra de varias propuestas que la CDU apoyaba, como la energía nuclear o el servicio militar obligatorio.
Por su parte, el cabeza de lista de Los Verdes, Jürgen Trittin, criticó duramente a la canciller por realizar promesas “sin ni siquiera explicar exactamente de dónde saldrá todo ese dinero”. En la oposición la acusan de ofrecer regalos electorales por temor a perder la mayoría en el Parlamento. Merkel se defiende señalando que estas propuestas estaban planificadas con anterioridad y que aún se siguen discutiendo en su partido. Se espera que el programa electoral de la CDU sea presentado oficialmente a finales de junio.