El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, terminó su primera visita a Tierra Santa tras realizar visitas simbólicas a Jerusalén y Belén, y tomó un vuelo desde Tel Aviv hacia Jordania, donde abordará el conflicto interno que está viviendo Siria.
Obama visitó el monte Herzl, donde está enterrado el ex primer ministro Yitzhak Rabin y en cuya tumba depositó varias piedras, como señala la costumbre judía. Luego pasó por el memorial del Holocausto en Yad Vashen, ubicado en Jerusalén.
Tras almorzar con el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, viajó junto con John Kerry a la basílica de la Natividad, en Belén, donde la tradición cristiana señala que nació Jesucristo. Ahí fue recibido por el presidente palestino, Mahmud Abbas.
El mandatario tenía planeado viajar y salir de Belén en helicóptero, pero una tormenta de arena impidió esto y lo obligó a desplazarse en una limosina desde la cual apreció el muro israelí que fue construido para separar Cisjordania.
Obama abordó el Air Force One en Tel Aviv y partió a Jordania con una hora de retraso. Según el canal 2 de la televisión israelí, viajará a baja altura para ver las “caderas de Israel”, la estrecha franja de su territorio entre las ciudades de Tel Aviv y Natania.