Las prostitutas de Zúrich trabajarán a partir del próximo lunes en estacionamientos del sexo situados en la periferia de la ciudad, con el objetivo de eliminar la prostitución callejera, poder protegerlas y controlarlas mejor.
Se llaman sexbox y tienen la apariencia de garajes y se instalarán en una zona industrial que estará señalizada con un paraguas rojo, símbolo conocido especialmente en Europa que indican las zonas de prostitución.
Los clientes, que sólo podrán acceder en vehículos y solos, aparcarán en el sexbox y contratarán los servicios entre las siete de la tarde y las cinco de la mañana.
Esta medida forma parte de la revisión de la Ley sobre la Prostitución, ratificada en referéndum por la ciudadanía de Zúrich en marzo de 2012 y que entró en vigor a principios de este año.
El área es una especie de avenida en forma de bucle rodeada de vegetación y adornada con guirnaldas luminosas, y la velocidad máxima será de diez kilómetros por hora.
Tras entrar en el lugar, los clientes podrán negociar con unas 30 o 40 prostitutas sus servicios y tarifas, para pasar posteriormente a uno de los nueve garajes o a uno de los dos cubículos más pequeños que se han instalado para los clientes que prefieran salir de su vehículo.
Estas once cabinas, con un aspecto similar a los lavaderos de coches, están equipadas con duchas y sanitarios, y también con un botón de alarma para el caso de que la prostituta se sienta amenazada.
Además, las prostitutas, que deberán ser mayores de 18 años y solicitar una autorización especial del ayuntamiento, contarán con un pabellón donde podrán descansar, ducharse o recibir asistencia de forma permanente de un ginecólogo o psicólogo.
La policía municipal vigilará que no haya altercados y controlará a los clientes agresivos.
Sin embargo, con la finalidad de preservar la intimidad y la discreción de los clientes, no habrá vigilancia por vídeo ni presencia policial permanente, sólo controles esporádicos.
A partir de la apertura de estos lugares de encuentro, sólo quedarán autorizadas dos zonas dentro de la ciudad para ofrecer servicios sexuales en las calles, una en el sureste, cerca de una autovía principal, y la segunda en el barrio de Niederdorf, en el casco antiguo.